Las Misiones de la Gendarmeria

Guerra de Malvinas 1982

Las Misiones de la Gendarmeria

Los Gendarmes del Escuadrón Alacrán

Las Misiones de la Gendarmeria
En 1982; con el ingreso de nuestro país en el conflicto del Atlántico Sur, la jefatura (CJE) de la Gendarmería Nacional; decide crear la Compañía de Tropas Especiales 601 destinada a participar en el archipiélago malvinense.

Los gendarmes no se adaptaron a esta denominación de la flamante compañía y decidieron llamarla Escuadrón Alacrán.
Cabe acotar que los integrantes de este escuadrón fueron seleccionados de los Grupos de Empleo Especial (tropas de elite).

Entre las funciones que debían realizar, se encontraban la de recabar experiencia en acciones especiales de comandos (emboscadas, golpes de mano, etc. Además, combates de infantería (avanzadas de combate, exploración, etc.) y defensa, como asimismo, Policía Militar.

El 28 de mayo de 1982, un Hércules C-130 de la Fuerza Aérea trasladó a parte de este grupo; al Comando del escuadrón y la Sección de Empleos Especiales (CEE).

La Sección de Tiradores Especiales no pudo hacerlo debido al bloqueo aéreo impuesto por el Reino Unido que hacía mantener en constante alerta roja la ruta del continente hacia Malvinas.

Primera Misión

La primer misión encomendada al Escuadrón «Alacrán» consistió en conformar una fuerza combinada con los comandos del Ejército (Compañías 601 y 602) a fin de batir encubiertamente acciones de aproximación de fuerzas helitransportadas enemigas; infiltración de la retaguardia inglesa para luego regresar a la base de Puerto Argentino. Esta misión tenía un lapso de días (desde el 30 de mayo hasta el 9 de junio) y debían conformarse 5 posiciones (las del norte y el sur correspondió a la Gendarmería Nacional y las otras tres al Ejército).

Fue en ese mismo 30 de mayo, al comenzar su primera misión, que el helicóptero Chinoock del Ejército que los transportaba; recibió el impacto directo de un cohete que lo derribó, al tiempo que un Harrier ametrallaba el resto de la aeronave incendiada.

El 2do comandante San Emeterio, el sargento ayudante Acosta y el sargento 1° Pepe reaccionaron inmediatamente acudiendo en auxilio del personal atrapado en el helicóptero.

Esta heroica acción permitió que se salvaran el subalferez Aranda y el sargento Guerrero; éste último, fracturado en ambas piernas; pedía a los gritos que se le abandonara ante la inminencia de la explosión de la máquina que se encontraba en llamas y con explosivos.

Por supuesto que el clamor no fue escuchado y se salvaron de morir calcinados.

La caída, incendio y posterior explosión del helicóptero causó seis muertos (ver aparte).

Sobrevivieron los tripulantes de la nave, tres integrantes del Ejército y diez gendarmes. Este episodio, luctuoso para la fuerza, puso en evidencia que las tropas enemigas habían ocupado ya el área al iniciarse la operación.

Pero por sobre todas las cosas, es preciso destacar el comportamiento del personal sobreviviente del helicóptero. Su concepto de la responsabilidad y vocación de servicio; que les hizo acudir al inmediato auxilio del personal herido o atrapado entre los hierros retorcidos de la máquina en llamas; con total desprecio de su propia seguridad.

Segunda Misión

El 7 de junio; aproximadamente a las cinco de la madrugada, una patrulla encargada de efectuar una emboscada a dos kilómetros del monte Dos Hermanas y en dirección a Monte Kent; fue sorprendida por efectivos próximo al enemigo recibía igualmente el intenso fuego; se traba en combate permitiendo el repliegue enemigos, recibiendo fuego concentrado de ametralladoras, morteros e instalazas (bazokas) en oportunidad de cruzar un puente.

En tal circunstancia, el grupo que se desempeñaba como bloqueo posterior de la patrulla y que encontrándose más y toma de cubierta de la sección más comprometida.

Pasa luego al asalto y captura en su acción, equipo, armamentos, elementos de comunicaciones, claves y planes de artillería del enemigo.

En esta acción, es de destacar el desempeño del sargento ayudante Natalio Jesús Figueredo por su arrojo y decisión; al repeler inmediatamente el fuego enemigo atrayéndolo sobre su posición y permitiendo buscar cubierta a los hombres de la patrulla que se hallaban en la crítica situación de cruzar el puente.

Posteriormente, pasó al asalto de las posiciones enemigas en repliegue coadyuvando a la captura de material, equipos y claves.

Tercera Misión

El 10 de junio, aproximadamente a las 23 horas, integraba el personal de Gendarmería Nacional una patrulla con la misión de emboscar al enemigo en proximidades del monte Dos Hermanas como escalones de asalto y recibimiento; el primero de éstos, junto con el de bloqueo – formado por efectivos de la Compañía de Comandos 602- recibió sorpresivamente iluminación precisa de luces de bengala, batiendo el enemigo ambas posiciones con fuego directo de morteros desde atrás y por los flancos.

En tal situación las fuerzas argentinas ejecutan un contraataque que permite la reorganización y repliegue de la propia tropa sin poder impedir bajas en la misma.

Durante las alternativas del combate fue herido el sargento ayudante Ramón Gumersindo Acosta; quien es auxiliado por 2° comandante Eduardo Miguel Santos y por el gendarme Pablo Parada, que trataron de arrastrarlo hacia una cubierta; pero no pudieron lograr su objetivo; ya que el herido fue alcanzado por un proyectil de mortero que le ocasionó la muerte.

Es de destacar la valiente actuación del sargento ayudante Acosta en combate. Conducta propia del gendarme que cumple con su deber por convicción y amor hacia sus camaradas, a la Institución y a la Patria.

Sgto Ayte Ramón Gumersindo ACOSTA

«…el Señor prevé los mejores destinos para sus mejores hijos….»

Condecoración «La Nación Argentina al Valor en Combate»

«Cual eres – donde estuvieres»

«¡DIOS Y PATRIA ¡O MUERTE!»

El 10 de junio de 1982, a la edad de 42 años, era abatido en las Islas Malvinas.

Oriundo de Colonia Santa Rosa (Formosa), registra su incorporación a Gendarmería Nacional el 10 de diciembre de 1963 en el Escuadrón 15 de esa provincia.

En marzo de 1967 ingresa a la Escuela de Suboficiales «Cabo Raúl R. Cuello», ascendiendo a Cabo del Escalafón General el 31 de diciembre del mismo.

Luego de ser promovido al grado de Sargento a fines de 1973, en mérito a sus aptitudes; es seleccionado para el Curso de Comandos en la Escuela de Infantería del Ejército Argentino.

En oportunidad del conflicto del Atlántico Sur, y al igual que a otros camaradas, se lo designa integrante de la Compañía de Tropas Especiales 601; Escuadrón Alacrán; arribando a Puerto Argentino el 28 de Mayo de 1982 a las 2345 HS en una máquina de la FAA.

Doce días después, y en circunstancias de su desempeño en una patrulla con la misión de emboscar al enemigo en las proximidades del Monte Dos Hermanas; al ser alcanzado por dos proyectiles – el segundo precedente de un disparo de mortero- cae mortalmente herido; para no volver a levantarse jamás.

Este testimonio, junto al de otros heroicos gendarmes, ratifican el temple y el sacrificio brindado en el bautismo bélico; el crujir de las armar empuñadas por los hombres de Gendarmería Nacional; en una actitud permanente de entrega al servicio de los intereses de la Patria

La que sigue es la última carta dirigida a su hijo, fechada en Puerto Argentino, el 02 de junio de 1982; en la que una vez más queda demostrado el temple del Sgto Ay Acosta.

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