Gabriel Massei

Guerra de Malvinas 1982

Gabriel Massei

Regimiento de infanteria 25

Cinco veces Campeón nacional de automovilismo

Gabriel Massei, cinco veces Campeón nacional de automovilismo y actual líder del Turismo contó sus días en la Guerra de Malvinas.

Gabriel ¿ Vos sos ex-combatiente de Malvinas?

-Si , ¿querés hablar del tema?

En ese instante, una vez más Gabriel Osvaldo Massei demostró su escape al mito de la guerra. Una vez más levantó su chinesca mirada y dejo escapar una experiencia que cuenta con orgullo, detalle y ademanes. Como si aquel 1º de mayo, el día que dibujo en su retina el ataque de los ingleses a Puerto Argentino, hubiese sido ayer.

Como si sus cinco títulos en formula dos quedaran escondidos . Es en ese momento que se transforma y dice lo que dice porque fue testigo. Porque en 69 días en la isla Malvinas sufrió,
«Siempre teníamos la ropa empapada. Hasta llevé el mismo calzoncillo 28 días seguidos»
aprendió y no olvidó. Y lo relata con sonidos, risas, hasta con dudas.

«Eso es lo que me quedo de la guerra. Muchos por qué. Yo yo no sé si Galtieri habrá pensado si los ingleses iban a ir. Nos enviaron a un objetivo sin fundamentos.Estábamos en muy malas condiciones. La provisión de alimentos era pésima.

Comíamos basura:polenta quemada, caldo sin fideos y veíamos de vez en cuando una rodaja de pan. Nuestras familias nos enviaban cartas y no las recibíamos. Nos ilusionaban con notas. Una vez fui el primero en hablar con Nicolás Kasanzew luego de una batalla en San Carlos. Acá jamas se vio. Cuando nos tomaron prisioneros vi a los ingleses vestidos con un chalequito finito. Y no entendía cómo aguantaban el frío. Resulta que eran térmicos. Jamás podríamos haber ganado. Además de que Inglaterra es potencia mundial, nosotros no teníamos organización. Andábamos con la ropa mojada, hasta llevé puesto el mismo calzoncillo 28 días seguidos …

-Con 18 años, ¿ qué sentiste cuando te dijeron que tenías que ir a una guerra?

-Jamas nos avisaron de una guerra . Yo estaba haciendo el servicio militar en Sarmiento, Chubut. Llevaba quince días allí. Una tarde nos hicieron preparar unos bolsones. A mí me extrañó que en vez de balas de fogueo usáramos cargadores de verdad en las prácticas. Nos llevaron a Comodoro Rivadavia, luego a Bahía Blanca y de golpe me encontré con cuatro de los peores días de mi vida: arriba de la fragata Cabo San Antonio, Vomitando, con tormentas en alta mar y un frío infernal. El 1º de abril, a las 6 de la tarde, paró el barco y el comándate nos dijo: «Soldados, nosotros vamos a ser los encargados de recuperar las Islas Malvinas»

-Oíste eso, ¿miedo o coraje?

-En un momento así , vos le peleas a un profesional por mas que no quieras, a la fuerza. Si a vos te dicen que para que no te maten tenes que correr 5000 metros sin parar, los corres. Pero si teníamos armas que tiraban torcido y ellos con mira infrarroja, era imposible.

-¿Algún día te sentiste acorralado, que te mataban?

– Dos veces. A nosotros nos hacían levantar a las 2 o 5 de la mañana y nos simulaban un ataque aéreo. El 1º de mayo nos despertaron a las 4:30 y el teniente Carlos Esteban, Nuestro jefe, nos dijo: «Muchachos, ahora no es joda. Atacaron Puerto Argentino prepárencen «. Nos pusimos en la barraca, de espaldas al mar. Eso nos salvó la vida. Porque pasaron tres aviones y arrasaron todo. Pero jamás voy a entender por qué no dieron la vuelta. Sí lo hacían nos iban a ver y nos mataban.

-¿y la otra?

-El 16 de mayo nos mandan a San Carlos porque teóricamente iban a desembarcar los ingleses. Nosotros sólo teníamos que avisar: ¡Desembarcaron! En pocas palabras: nos mandaron a que nos maten. El 21, a la mañana, justo me tocaba a mí hacer guardia, veo un barco grande entre la niebla rodeado de fragatas misilísticas. Conté 35 y nosotros eramos 46, casi uno para cada un. Me dijieron que avisara cuando viese el desembarque. Antes que pisen tierra les grité que habían llegado y salimos corriendo. Al ver la cantidad de soldados que se bajaban, no dudé en pensar que habíamos perdido las Malvinas.

-¿Matastes a soldados ingleses?

-Es una cosa que en la vida de Dios te vas a imaginar eso. Una vez bajamos un helicóptero y nos cayó a diez o quince metros, tipo película de Rambo. Me acuerdo que el tipo que venia tirando con la ametralladora, con unas balas 12/70 (proyectiles largos) apuntaba

«Los ingleses nos trataron muy bien. El último día de prisionero nos dieron helado»

para todos lados. O venia herido o el piloto estaba muerto. Menos mal que no podía tirar porque si gatillaba no sé si estaría vivo. Entonces cayo el helicóptero y le tiramos hasta con las piedras. El teniente gritaba «¡ Avancen avancen!». Pero los tipos estaban hechos hilachas. Gatillamos todo. Era como un desahogo. Pero en realidad no se si maté a algún inglés. Si bien había balas trazantes y vos sabes cuál es la tuya, es difícil ver si pegás. Las batallas que más cerca estuve fueron a 100 y 150 metros.

-Fuistes prisionero…

– Cuando nos rendimos, nosotros pensamos que iban a venir pocos. Aparecieron por todos lados, nos tenían rodeados. Estaban así para recibir una orden y arrasar el pueblo. Ibamos a morir nosotros y los kelpers que teníamos de prisioneros. Gracias a Dios el teniente anuncio la rendición. De ahí nos llevaron a un campo de concentración. Ahí nos congelábamos. Estar a la intemperie en las Malvinas era terrorifico. Ya la noche nos metían en un galpón donde guardan a las ovejas todo calefaccionado, que nos moríamos de calor.

-¿Cómo los trataban?

-Mejor que los nuestros. Luego de cinco días en ese lugar nos llevaron a un barco de la Cruz Roja, que fue finalmente el que nos trajo a casa. A mi me llevaron de traductor. Una vez yo les escribí en inglés: «por favor, si tienen comida se las pago con dinero argentino». Ahí preguntaron quien era Gabriel y si hablaba inglés. Les dije little (un poco) . Y me tomaron como traductor. Nos sacaban afuera cinco veces al día : desayuno, almuerzo, hacer gimnasia, limpiar el camarote y cenar. Me hice compinche de los tipos. Hasta me dieron helado de postre el ultimo día . Tuve buena relación con dos ingleses. Uno era Peter y el otro no recuerdo. Cuando nos bajamos en Montevideo, nos abrazamos para despedirnos.

-Pero si ellos eran tus enemigos ¿por qué el trato?
-Los tipos, como nosotros, no estaban contentos de estar en la guerra. Porque ellos cobraban 100pesos si estaban o no en la guerra. No les pagaban mas como decían acá. Eso de que si mataban uno les daban un premio es una boludez. Decían que Galtieri era un tarado por lo que hizo. Por lo que había hecho con nosotros.

-Cuando regresaste al país, ¿te sentiste discriminado?

-Jamás. Es jodido no saber cuanto tiempo íbamos a estar: un mes, 10 años, toda la vida. Cuando volví, la edad me ayudo a adaptarme. Es probable que la gente sea la culpable. Pero también hay quienes aprovecharon la situación.

La gente se crea una imagen y la ligamos todos. En el interior es distinto que en Buenos Aires. Vos pones a laburar un pibe porque lo conoces y no influye si estuvo en Malvinas. Además ya pasaron 15 años…

Mi Coronel Seineldín

«Al hombre le gustaba tirar tiros» dice Massei.

Gabriel Massei perteneció a la sección Gatos del Regimiento de Infantería 25. Su teniente coronel era Mohamed Alí Seineldin, el militar que el 3 de diciembre de 1990 dirigió la rebelión carapintada contra el gobierno constitucional de Carlos Menem, en la que murieron 13 personas. Por dicha sublevación, Seineldin fue condenado a cadena perpetua en la prisión militar de Campo de Mayo.
-¿Quien fue para vos Seineldin?

-Yo estoy conforme con los oficiales que tuve.Tenían unos huevos como una casa. De Seineldin estoy super satisfecho. Fue un jefe de Regimiento espectacular, en Chubut y en las Malvinas. Nos bancó siempre. Eso sí al hombre le gustaba tirar tiros. Cuando desembarcábamos en las Malvinas, iba con medio cuerpo fuera del anfibio y gritaba con el FAL en la mano: «¡Vengan ingleses hijos de puta!» Eso te hacia tomar fuerza para ir al frente.

-En 1990, Seineldin fue el jefe de los carapintadas¿Que sentistes?

-Habría que conocer para opinar sobre el tema. Lo que yo digo sobre Seineldin es por que lo viví con él, en las Malvinas. Por supuesto que lo que pasó en 1990 es grave. Se equivocaron feo, murió mucha gente.

-¿Hablarais con él ahora?

-Sí. Porque a pesar de que yo no tuve una relación fluida con Seineldin y no me trate mas después de la Guerra, luego de lo que paso en 1990 me quedaron dudas. Y me gustaría saber si sigo pensando lo mismo de el .

Diario Ole 19 de agosto de 1997
por Mauro Feito

 

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