Capítulo II – Las negociaciones hasta el 02 de abril de 1982

Guerra de Malvinas 1982

Capítulo II – Las negociaciones hasta el 02 de abril de 1982

Informe Final de la Comision Rattenbach

II Parte – Antecedentes del conflicto

Capítulo II – Las negociaciones hasta el 02 de abril de 1982

Pronunciamientos internacionales a partir de 1965

23. Las negociaciones diplomáticas con Gran Bretaña por el diferendo Malvinas toman una orientación favorable para la Argentina a partir de la Resolución 2065 (XX) de la Asamblea General de las Naciones Unidas (Anexo II/1); en esta Resolución que constituyó un éxito de la diplomacia Argentina se reconoce la existencia de una disputa de soberanía entre Argentina y Gran Bretaña, urgiéndose a esta última a poner fin a dicha situación colonial.

24. La Resolución 2065, emitida en el año 1965, es el punto de partida de conversaciones bilaterales, con altas y bajas en relación a los probables acuerdos. Sólo ocasionalmente Gran Bretaña se avino a negociar sobre el tema de soberanía. El 14-AGO-68, en un «Memorándum de Entendimiento», el gobierno británico aceptó que estaría preparado para ceder la soberanía de las islas bajo la condición esencial de que los intereses de los isleños fuesen respetados (Anexo II/2). El memorándum fue rechazado por los isleños y duramente criticado por el parlamento y la prensa inglesa. En estas circunstancias, el gobierno inglés abandonó esta línea y, en lo sucesivo, buscaría más bien poner el acento en convenios para la explotación económica del mar, particularmente después del informe Shackleton (1). Toda vez que se intentó avanzar sobre el tema soberanía, Gran Bretaña se escudó en el principio de autodeterminación de los isleños para trabar los esfuerzos argentinos, principios que no siempre, de acuerdo con las circunstancias, manejó desde la misma óptica (Anexo II/3).

1.Informe Shackleton: Su versión traducida al castellano puede encontrarse en la Revista «ESTRATEGIA» de JUL-76.

25. El 01-JUL-71 se concretó un convenio relacionado con las comunicaciones y, a partir de este convenio, Argentina llevó adelante una política de captación gradual de la voluntad de los isleños (Anexo II/4).

26. En el año 1971, la FAA inició un servicio aéreo con aviones anfibios «Albatros» y para fines de ese mismo año construyó una pista de planchas de aluminio que posibilitó la operación con aviones de mayor porte (Tipo «Fokker» F-27). Ello permitió el desarrollo de un servicio regular a cargo de Líneas Aéreas del Estado (LADE).

27. Por otra parte, YPF y Gas del Estado establecieron sus servicios en las islas, mientras que el gobierno argentino ofreció a los isleños asistencia médica en el continente y el ingreso de sus hijos a las escuelas e institutos de educación, todo esto posibilitado ahora por el establecimiento de una línea aérea regular, a lo cual se agregó el transporte marítimo, a cargo de Transportes Navales, con fines de abastecimiento y viajes de turismo. Años más tarde, Gran Bretaña construyó su propia pista de asfalto, pero el servicio aéreo continuó siempre a cargo de LADE con aviones Fokker F-27 y F-28, y con personal militar de la FAA designado con carácter permanente en Puerto Stanley. (Luego Puerto Argentino.)

28. El apoyo a los isleños, al principio, dio buenos resultados, como forma de acercamiento a la idea del traspaso de la soberanía. Este buen comienzo, sin embargo, fue empañado por ciertas dificultades que se produjeron en las islas cuando empezó el arribo masivo de turistas argentinos en buques de pasajeros.

29. El esfuerzo diplomático de Argentina se orientó con perseverancia hacia la finalidad de obtener el apoyo de los foros internacionales, siempre coherente con sus principios de integridad territorial y respeto a los intereses y estilo de vida de los isleños.

30. Así fue que, paralelamente al desarrollo de las conversaciones bilaterales, se logran los siguientes pronunciamientos en el seno de las Naciones Unidas: (En general y en particular.)

a. Año 1967. Resolución 2353 (XXII). Toda situación colonial que destruya la unidad nacional es incompatible con los objetivos y propósitos de las Naciones Unidas. (Anexo II/5).

b. Años 1966/67/69/71. Consensos. Son decisiones unánimes de la Asamblea General, donde se insta a ambas naciones a proseguir con la Resolución 2065.

c. Año 1970. Resolución 2621(XXV), declarando que la continuación del colonialismo en todas sus formas es un crimen que viola la Carta de las Naciones Unidas, la declaración sobre la concesión de la independencia a los pueblos coloniales y los principios del derecho internacional. (Anexo II/6).

d. Año 1974. Resolución 3160(XXVIII). Preocupación por falta de progreso en las negociaciones y reconocimiento de los esfuerzos argentinos (Anexo II/&).

e.Año 1976. Resolución 31/49. Aceleración de las negociaciones y reconocimiento de los esfuerzos argentinos. (Anexo II/8).

31. Argentina logró, además, diferentes pronunciamientos favorables por parte del Movimiento de Países No Alineados (Anexo II/9).

32. Como puede advertirse, a través de la Organización de las Naciones Unidas y los No Alineados, Argentina había logrado un adecuado consenso sobre la legitimidad de sus derechos contra el mantenimiento de la situación colonial por parte de Gran Bretaña. En el Anexo II/3 se incluyen conceptos fundamentales sobre la libre determinación, principio sustancial de la posición británica

Los contactos bilaterales

33. A comienzos del año 1976, habiendo Gran Bretaña calificado de estériles las conversaciones sobre soberanía y ante el anuncio de la misión Shackleton, así como del incidente entre un buque del mismo nombre y el A.R.A. «Almirante Storni», se procedió al retiro de embajadores y las negociaciones quedaron interrumpidas.

34. En estas condiciones se llegó al gobierno conservador de la señora Thatcher. Se había producido un enfriamiento total con respecto a las negociaciones por la cuestión de soberanía en Malvinas. Antes de entregar el poder, la administración laborista había cerrado, prácticamente, toda posibilidad de diálogo.

Las Gestiones Ridley – Cavándoli (1)

35. A partir de la llegada al gobierno de la nueva administración (mayo 1979), se comenzaron gestiones para reanudar las negociaciones. Al respecto, se llevaron a cabo las siguientes tratativas:

a. JUN-79. Viajó a las islas el Subsecretario Ridley manteniendo reuniones una de ida y otra al regreso con el Comodoro Cavándoli, con la intención de retomar las negociaciones por Malvinas. Cabe aclarar que, desde el inicio de la administración conservadora, ésta había puesto de manifiesto una clara disposición para intensificar las relaciones bilaterales, especialmente las de carácter económico.

b. SEP-79. Durante la realización de la Asamblea General de las Naciones Unidas, el Brigadier Pastor (2) y Lord Carrington (3) acordaron la reposición de Embajadores. En esa oportunidad, el Brigadier Pastor manifestó a su interlocutor que, si bien sabía que el tema Malvinas podía no ser prioritario para el Reino Unido, en ese momento, tenía problemas internacionales que resolver (Rhodesia en particular).

c. NOV-79. Se invitó a Ridley a una primera reunión exploratoria, la que no fue aceptada, haciéndose alusión a las razones expuestas anteriormente.

d. MAR-80. Se programó ya en firme una reunión formal a nivel Subsecretarios, dentro del marco de las resoluciones de las Naciones Unidas. Se propuso agenda abierta a efectos de establecer todos los elementos intervinientes y se aceptó la presencia de un isleño, pero no como tercero en la disputa, sino formando parte de la delegación británica.

(1) Subsecretarios de RR.EE. de ambas Carteras de Estado por ese entonces.

(2)Ministro de RR.EE.

(3)Titular del «FOREIGN OFFICE».

e. ABR-80.(28/30). Se desarrolló en Nueva York la ronda de negociaciones; durante su transcurso, Ridley manifestó su deseo de tener una conversación privada con el Comodoro Cavándoli. Esta se acordó de inmediato y, además, se dispuso la concurrencia del Comodoro Bloomer Reeve y el Embajador Harding (segundo de Ridley en el Foreign Office). Dicha reunión tuvo lugar el mismo día 28, sin la asistencia de Harding. Como resultado de ella se obtuvieron las siguientes conclusiones:

1) Que debía haber una solución, dentro de la cual el tema soberanía argentina era imprescindible.

2) Que toda solución debía tener en cuenta la voluntad de los isleños, según Ridley, y los intereses, según Argentina.

f. Dentro de esas ideas Ridley manifestó:

1) Que la solución global no era fácil para el Reino Unido; que él personalmente había debido vencer la resistencia de Lord Carrington y de la primer Ministro Thatcher para concurrir a estas reuniones.

2) Que pensaba que una solución podía ser al estilo Hong Kong, con las lógicas salvaguardas, y que las fechas debían ser cuidadosamente elegidas para dar seguridad a los isleños. Sin embargo, declaró que no estaba autorizado para expresar estas ideas, las cuales debía presentar entonces a su gobierno.

3) Que en alrededor de seis semanas sabría si se lo autorizaba a proseguir por ese camino.

4) Que tenían un gran enemigo en la FIC (1), pero que él lo arreglaría si la parte argentina cooperaba, ejerciendo presión sobre ella. (Este concepto lo repitió tres veces).

5) Que era imprescindible mantener el tema en absoluto secreto, ya que un trascendido podía malograrlo todo. Se le manifestó que todo era negociable si mediaba un acuerdo de principio sobre el tema soberanía argentina y que la idea sería cuidadosamente evaluada.

6) Se comprometió a estudiar de «buena fe» una solución aceptable políticamente para el Reino Unido y los isleños.

36. Una posterior conversación con el Embajador Harding permitió apreciar que éste desconocía el tema y compartía la necesidad de solucionar la disputa, incluyendo el tema soberanía.

1.Falkland Island Company.

37. JUL.1980, Ridley propuso una reunión absolutamente confidencial para el mes de septiembre, por cuanto ya tenía instrucciones de su gobierno. El concurriría con el Embajador Harding, y el Comodoro Cavándoli con el Comodoro Bloomer Reeve (1).

38. SEP.1980 (Días 10 y 11). Se llevó a cabo una reunión en Coppet (Suiza), en el hotel donde se alojaba Ridley, de acuerdo con lo previsto.

Ridley manifestó a su inicio:

a. Que la reserva absoluta era base primordial.

b. Que estaban autorizados por el gabinete para reunirse, pero todas las resoluciones debían ser consideradas «ad referéndum» de dicho gabinete.

c. Que lo que se tratara podía constituir una base para el acuerdo que se expondría

al gabinete y con autorización, concurrirían a Malvinas para preparar a la población a que aceptara la proposición, sin que se hiciera referencia a las reuniones confidenciales que habían tenido lugar.

d. Que el Reino Unido estaba preocupado por la economía de las islas y aceptaba que no era posible encarar ningún proyecto sin contar con la participación argentina.

39. Después de dos días completos de intensas reuniones, se llegaron a acordar los siguientes puntos:

a. Habría transferencia de soberanía a Argentina por las islas y el mar que las rodeaba. Respecto de Georgias y Sandwich del Sur, si bien el Reino Unido no aceptaba los títulos argentinos (era exclusivamente desde el punto de vista legal) y ellos podrían ser incluido dentro de un acuerdo para explotar en conjunto.

b. La titularidad de la soberanía sobre las islas y su zona marítima sería transferida a Argentina a partir de la fecha en que se firmara el acuerdo.

c. A fin de garantizar a los isleños y sus descendientes el gozo ininterrumpido de su forma de vida bajo las instituciones británicas, sus leyes y prácticas, se realizaría una administración británica combinada, que sería simultáneamente asegurada mediante un arriendo al Reino Unido por un período de 99 años (última postura del Reino Unido), graduable por generaciones (postura argentina). Los habitantes serían súbditos británicos a la firma del acuerdo, tal como se dijera anteriormente.

Sus hijos, de doble nacionalidad obligatoria, y los nietos de los actuales, argentinos, con lo que se disminuía el tiempo y se quitaba una fecha fija.

(1) Jefe de Gabinete del Canciller.

d. Los términos del acuerdo estarían sujetos a reajustes cada 10 años.

e. El gobierno argentino sería representado por un Comisionado General, Alto Comisionado, o similar.

f. El gobierno británico sería ejercido por un Gobernador y un consejero elegido localmente.

g. Existiría un consejo conjunto para entender en los proyectos económicos de las islas y sus zonas marítimas.

h. Las banderas argentinas y británicas flamearían lado a lado en los edificios públicos de las islas.

40. En temas de detalle:

a. Argentina se haría cargo de la Superintendencia de Obras Públicas, el servicio médico, la administración del aeropuerto, el servicio FIGAS, etc.

b. El Reino Unido retiraría los Royal Marines y desmantelaría la FIC.

41. Asimismo, se acordaron los siguientes pasos:

a. Informar a los respectivos gobiernos.

b. Clarificar en forma directa las dudas (Ridley-Cavándoli).

c. Informar sólo lo necesario a los Embajadores (el acuerdo en proyecto), para evitar toda posibilidad de pérdida de reserva.

d. Efectuar en Naciones Unidas una reunión de Cancilleres.

e. Efectuar una nueva reunión, todavía secreta, para reajustar todo, si ello fuera necesario.

f. Llevar a cabo una negociación final en los organismos internacionales, donde no se haría mención de las reuniones confidenciales. Cada parte negociaría como desease una postura de «máxima», hasta llegar, «duramente», a lo pactado.

g. Con la autorización correspondiente, Ridley iría a las islas para comenzar a convencer a los isleños.

42. El 25-SEP-80, se transfirió el resumen de la reunión entre ambos cancilleres, según informe de la Cancillería Argentina: (Anexo II/10).

a. El Canciller manifestó que «es esencial acelerar las negociaciones sobre las Islas Malvinas a fin de alcanzar cuanto antes un acuerdo que ponga término definitivamente a la disputa».

b. En esa línea de pensamiento, expresó la satisfacción del gobierno argentino por el espíritu y buena voluntad del actual gobierno británico y del propio Lord Carrington, tendiente a hacer verdaderos progresos en esa materia. Las negociaciones de Nueva York y Ginebra fueron pasos sumamente positivos.

La hábil fórmula elaborada a raíz de las conversaciones de Ginebra entre el Ministro Ridley y el Comodoro Cavándoli contenía dos elementos básicos: reconocimiento y transferencia de la soberanía efectiva a la Argentina por un lado y el subsiguiente arriendo al Reino Unido por el otro QUE PERMITÍAN VISLUMBRAR, POR PRIMERA VEZ, UNA POSIBILIDAD SERIA Y CONCRETA DE HALLAR UNA SOLUCIÓN. Sin embargo, cabe destacar que para Argentina, el plazo previsto de duración del arriendo resultaba excesivo. Ese aspecto, como también otros detalles que sería preciso aclarar y trabajar, podrían ser motivo de una nueva reunión entre los señores Ridley y Cavándoli.

c. Lord Carrington agradeció esas manifestaciones y coincidió en que las conversaciones habían sido muy constructivas, agregando que:

ELLO NO OBSTANTE, CON TODA FRANQUEZA Y PARA EVITAR CUALQUIER MAL ENTENDIDO, CREÍA NECESARIO DECIR QUE ÉL DEBÍA AUN EXPONER A SUS COLEGAS DEL GABINETE BRITÁNICO LO TRATADO EN GINEBRA, PARA OBTENER LA CONFORMIDAD DE SEGUIR ADELANTE CON LA NEGOCIACIÓN. ADEMÁS, DESEABA CLARIFICAR, UNA VEZ MÁS, QUE PARA EL GOBIERNO BRITÁNICO ERA INDISPENSABLE CONSEGUIR LA APROBACIÓN DE LOS ISLEÑOS SOBRE LO QUE SE ACORDARÍA. ESTO PODÍA CREAR DIFICULTADES Y DESDE YA ÉL QUERÍA SEÑALARLO CON TODA HONESTIDAD.

El señor Ridley consideró que, aunque difícil, no sería imposible lograr la conformidad de los isleños. Basaba su confianza en el hecho de que el arriendo implicaba introducir los plazos ciertos que ellos querían para encarar el futuro.

d. Al referirse a este factor, Lord Carrington dijo que los isleños tenían conocimiento de la posibilidad del arriendo (leaseback) y parecían aceptarlo. Terció en ese momento el secretario Mr. Lyne, para acotar que sólo habían contemplado en términos muy generales esa posibilidad, pero que ignoraban por completo lo tratado en Ginebra.

e. Lord Carrington retomó la palabra para añadir que, así como el factor tiempo presentaba un problema para el lado argentino, había que estar conscientes de que podrían surgir otras dificultades. Pero, dijo enseguida, que tenían la mejor voluntad de hacer esfuerzos para resolverlas.

Manifestó que había advertido en la intervención del Canciller Pastor, en la Asamblea General, una referencia a la buena disposición argentina de velar por los intereses de los isleños y que esto era algo muy positivo.

f. El Ministro expresó que, desde luego, comprendía muy bien que surgirían inconvenientes para ambas partes, pero reiteró su convencimiento de que, mediante esfuerzos recíprocos, podía hallarse una solución que fuera aceptable para los gobiernos argentino y británico y que al mismo tiempo diera satisfacción a las inquietudes de los malvinenses.

Con énfasis agregó que la Argentina tenía el propósito de tomar todos los recaudos del caso para asegurar y garantizar el bienestar de los isleños. Y no ya dentro del marco limitado de las islas, sino del mucho más amplio y promisorio de todo el país. Por ejemplo, había en la Argentina tierras muy ricas que podrían ser puestas a disposición de los jóvenes malvinenses que quisiesen mejorar su situación económica.

Estas y otras cuestiones debían ser estudiadas con más detalles y en profundidad.

g. El Brigadier Pastor preguntó entonces a Lord Carrington cuáles eran, a su juicio, los próximos pasos a dar. ESTE REPONDIÓ QUE A SU REGRESO A LONDRES DEBERÍA INFORMAR A LOS MINISTROS SOBRE TODO LO RELATIVO A LA REUNIÓN DE GINEBRA.

h. Hasta entonces, en razón de su desplazamiento a Nueva York y otros asuntos urgentes, no había tenido oportunidad de hacerlo.

Luego, obtenida la conformidad el gabinete, el señor Ridley tendría que ir a las islas para conocer la reacción de los isleños, y más tarde, podría tener lugar otra reunión con el Comodoro Cavándoli.

i. En este punto, los dos Ministros reiteraron la más absoluta necesidad de que todas esas tratativas y movimientos fueran mantenidos dentro de un marco de total hermetismo y reserva, ya que cualquier filtración prematura podría poner en peligro el exitoso desenlace de la negociación.

43. El 21-NOV-80, Ridley viajó a las islas dentro del esquema previsto. Se reunió con el Comodoro Cavándoli en Buenos Aires y manifestó: (Anexo II/11)

a. Que presentaría el tema a los habitantes de las islas dentro de los entendimientos que habían tenido, y que lo expondría ante los componentes del Consejo Legislativo que estaban en contacto directo con los habitantes.

b. QUE NO HABÍA SIDO UNA TAREA FÁCIL CONSEGUIR LA AUTORIZACIÓN DEL GABINETE.

c. QUE LA PRIMER MINISTRO SE Había MOSTRADO RENUENTE AL PROYECTO, PERO QUE FINALMENTE LO HABÍA APROBADO.

d. Que no se sabía qué aceptación tendría en Malvinas, pero que un rechazo no debía producir desánimo, sino la implicancia de nuevas insistencias.

e. QUE ESTIMABA QUE DEBÍA PRODUCIRSE ALGUNA PRESIÓN DE ARGENTINA SOBRE ÉL PARA PODER PRESENTARSE BAJO ESA CONDICIONES EN MALVINAS.

Se acordó que, al regreso de Malvinas, Ridley no tomaría contacto con el Comodoro Cavándoli, a efectos de no dar la impresión de estar rindiendo cuentas, pero lo actualizaría de lo que sucediera en las islas a través del Embajador Williams.

44. Por la parte argentina se decidió dar a conocer un comunicado de prensa, fijando nuestra posición con respecto al viaje de Ridley.

45. En DIC-1980, a su regreso de Malvinas, Ridley envió a Cavándoli la siguiente nota:

«MENSAJE DEL SR. NICHOLAS RIDLEY PARA EL SUB-SECRETARIO DE ASUNTOS EXTERIORES, COMODORO CAVÁNDOLI:» (Anexo II/12)

Me dio mucho gusto verle a Ud. el xxx de Noviembre, aunque nuestra reunión tuvo que ser algo breve. En esa ocasión me comprometí a informarle sobre mi visita a las islas.

Ud. habrá visto ya los informes de la prensa sobre mi viaje, Y ESPERO QUE LA REACCIÓN A ÉL EN ARGENTINA NO LE ESTÉ CAUSANDO DEMASIADOS PROBLEMAS. Pero después de que llegara a las islas, se me hizo evidente que la cuestión tenía que tratarse plenamente y en público. Todavía no puedo predecir cuáles vayan a ser los resultados de mi viaje. ENCONTRÉ UN RECONOCIMIENTO GENERAL DE LA NECESIDAD DE RESOLVER LA DISPUTA, PERO, COMO UD. SABE, LA CUESTION INCITA EMOCIONES, Y AUN UNA CIERTA DESCONFIANZA, TANTO AQUÍ COMO EN LAS ISLAS, Y UNA SOLUCIÓN AL PROBLEMA EXIGIRÁ TIEMPO Y PACIENCIA. Comprendo que esto significa que no se pueden fijar plazos definitivos. POR NUESTRA PARTE, COMO CREO QUE UD. ESTÁ CONSCIENTE, NO PODEMOS SEGUIR MÁS HASTA QUE TENGAMOS EL ACUERDO DE LOS ISLEÑOS. ESPERO QUE ESTA INCERTIDUMBRE NO LE VAYA A COMPLICAR LA SITUACIÓN Y ESTOY MUY AGRADECIDO POR EL CUIDADO Y DISCRECIÓN QUE USTEDES HAN DEMOSTRADO EN TRATAR LA CUESTIÓN. (1)

Si Ud. tiene alguna pregunta más detallada, le podrá dar una respuesta Anthony Williams y, por mi parte, pondré al Embajador Ortiz de Rosas al tanto de la cuestión. Permítame enviarle a usted y a su familia mis mejores deseos para una feliz Navidad y próspero año nuevo.

NICHOLAS RIDLEY».

46. El 02-DIC-80 Ridley explica la posición del Ministerio de Asuntos Exteriores en una reunión de la Cámara de los Comunes. En ella es ridiculizado, (Anexo II/13), como consecuencia de la visita que efectuara a Malvinas, por la posición de los isleños. Dadas las opiniones vertidas en la Cámara de los Comunes, va tomando peso LA POSTURA BRITÁNICA DE «CONGELAMIENTO DE TODO TIPO DE CONVERSACIONES POR EL TÉRMINO DE DIEZ AÑOS».

47. El extracto del informe oficial de la Cámara de los Comunes del 02-DIC-80, documento que se incluye como Anexo del Informe Franks, reflejaba la poca disposición británica y el tratamiento del problema de fondo, apoyándose en justificativos emocionales, poco profundos y carentes de veracidad.

El propio Gabinete manifestó, en relación a este debate: (Informe Franks, párrafo 82)

1.Cabe señalar que esta nota es enviada por Ridley con posterioridad a su exposición ante la Cámara de los Comunes, en la que había sido enérgicamente combatido (Ver Anexo II/13).

«El Gabinete advirtió que esta cuestión tenía un alto contenido emotivo para los parlamentarios y la opinión pública británica y que se había exagerado la hostilidad de los isleños a la solución planteada por el Sr. Ridley; sería trágico que las Islas se perdieran la oportunidad de escapar a la ruina económica por la actitud de sus defensores en Wetminster».

48. En Enero de 1981, se tramitó una nueva ronda de negociaciones. Es aceptada por la parte británica para febrero de 1981.

49. El 17-FEB-81, el Embajador del Reino Unido tuvo una entrevista con el Comodoro Bloomer Reeve con el objeto de anticiparle cuál sería la posición británica en la próxima ronda de negociaciones en Nueva York Y LA NECESIDAD DE QUE LOS REPRESENTANTES ISLEÑOS SE RETIRARAN DE ELLA PREOCUPADOS POR LOS ACONTECIMIENTOS Y SU FUTURO.

50. El 21-FEB-81, el Embajador Ortiz de Rozas informó telefónicamente acerca de una reunión con Ridley, coincidente, en gran medida, con lo expuesto por el Embajador Williams al Comodoro Bloomer Reeve. Ridley deseaba una entrevista confidencial previa a las reuniones con el Comodoro Cavándoli. Resulta importante saber qué dijeron los ingleses.

51. El 23-FEB-81, en virtud de lo acordado a través del Embajador Ortiz de Rozas, se llevó a cabo una reunión confidencial con el señor Ridley en la residencia del Embajador Británico ante Naciones Unidas, previa a la ronda de negociaciones. Asistieron el Sr. Ridley, el secretario privado Sr. Temple, el Comodoro Cavándoli y el Comodoro Bloomer Reeve. Ridley manifestó:

a. Que los isleños tenían una absoluta falta de información acerca de la postura argentina y su urgencia en solucionar el tema.

b. Anticipó cuál sería el tratamiento que daría al asunto en cuestión y solicitó colaboración al Comodoro Cavándoli para que los representantes isleños captaran acabadamente la posición argentina y la urgencia existente en encontrar una solución.

52. El Comodoro Cavándoli tomó nota de lo expuesto y anticipó:

a. Que la posición argentina sería de rechazo a la propuesta de congelamiento por diez años.

b. Que Argentina había llegado al límite de su paciencia.

c. Que estaban decididos a quitar toda la cooperación existente y retirarse de las negociaciones si no se trataba seriamente el tema de la soberanía.

53. Ridley manifestó estar de acuerdo, y que el mayor rigor mostrado por Argentina redundaría en beneficio del objetivo final.

54. Bajo estas condiciones, se coordinó al detalle el desarrollo de la nueva ronda de negociaciones, incluso teniendo en cuenta que, al estar integrada la delegación británica por dos miembros del consejo de las islas, la transferencia de información sería fidedigna.

La ronda de negociaciones de Nueva York/81

55. El 23 y 24-FEB-81, en Nueva York, se efectuó una nueva ronda de negociaciones, de la cual resultó: (Anexo II/14)

a. Tal cual lo acordado, la parte británica expuso lo acontecido en los últimos meses y los resultados del viaje de Ridley a Malvinas con las tres propuestas que llevó y la respuesta que obtuvo de ellas:

PROCURAR EL CONGELAMIENTO DEL TEMA SOBERANÍA ARGENTINA POR DIEZ AÑOS.

b. La parte argentina rechazó la propuesta y conminó a completarla en términos de igualdad, siendo el primero la restitución de soberanía a la Argentina, y el segundo, la explicitación de las demandas británicas.

Después de un largo intercambio de ideas, la parte británica estableció (previo a una extensa consulta privada con los representantes isleños) que sus requerimientos, en orden prioritarios, eran:

1) Sobre la base de que los británicos tienen un sistema democrático de gobierno y aceptando que la autodeterminación e independencia de las islas no era posible, se debían ofrecer:

-Seguridades de poder continuar bajo ese régimen.

-Garantías para esa situación.

-Garantías para no ejercer en el futuro presiones tendientes a modificar lo pactado.

2) En lo económico:

-Control del régimen de pesca y su explotación, y cierre a terceros estados.

-Apertura de las posibilidades de comercio de las islas a inversores de distinta índole.

56. Por su parte, Argentina expuso:

a. Que el tiempo político se estaba acabando.

b. Que las inversiones realizadas y el esfuerzo no justificaban su dimensión, principalmente porque eran rechazados por la desconfianza de los isleños.

c. Que Argentina era un ejemplo mundial de cumplimiento de sus obligaciones internacionales.

d. Que las Naciones Unidas serían un excelente garante de los compromisos que se contrajeran.

e. Que el resto de las cuestiones estaban supeditadas a un acuerdo sobre el tema de restitución de soberanía a la Argentina.

57. Al finalizar la ronda, se emitió un comunicado conjunto que reveló simple formalidad y escaso avance en las negociaciones (Anexo II/15).

La gestión del doctor Camilión

58. En Marzo de 1981 se produjo el cambio de presidente en la Argentina y el Doctor Camilión se hizo cargo de la Cancillería.

59. Al poco tiempo, al ocurrir un incidente con oficiales del Ejército Argentino en Chile, el Comandante en Jefe del Ejército, General Galtieri, dispuso el cierre de la frontera. ESTA GRAVE DECISIÓN INCONSULTA CONMOVIÓ AL NUEVO GOBIERNO Y OBLIGÓ A UNA INTENSA Y DELICADA GESTIÓN POR PARTE DE NUESTRA CANCILLERÍA. Por esa razón, el tema Malvinas quedó postergado en la atención del Canciller.

60. Después de la última ronda de negociaciones (23/24 de Febrero en Nueva York) se advirtió UNA CRECIENTE POSICIÓN DE DUREZA EN LA CÁMARA DE LOS COMUNES, DONDE UNA MINORÍA MUY ACTIVA SE SOLIDARIZÓ CON EL SECTOR «KELPER» QUE PROPICIABA EL CONGELAMIENTO DE LAS NEGOCIACIONES. El Foreign Office, si bien en una posición más conciliadora, sostenía aún la posibilidad de negociar la soberanía de las islas, sin incluir en este «paquete» a las Georgias y Sandwich del Sur, a las que consideraba como la base para sus operaciones y reclamos en la Antártida.

61. Ante estos hechos, el 27-JUL-81, el Doctor Camilión envió una nota al Embajador británico en la que reclamó «una negociación acelerada, dado que la situación colonial resultaba un anacronismo tan inaceptable como insostenible para la dignidad de la Nación Argentina» (Anexo II/16).

62. En SET-81, el Doctor Camilión se entrevistó en Nueva York con Lord Carrington, quien no mostró ninguna disposición a negociar seriamente.

La reunión no arrojó resultados positivos.

63. En Gran Bretaña, durante el transcurso del año 1981, el tema había motivado diferentes opiniones en cuanto a la solución más conveniente.

Algunos sectores políticos, especialmente activos, lograron neutralizar la aparente tendencia de la Secretaría del Exterior a encarar seriamente las negociaciones y propugnaron congelarlas por espacio de diez años (Anexo II/13).

La posición mantenida por Lord Carrington, expresada en el párrafo anterior, es, obviamente, la resultante de ese cambio en la actitud negociadora por lo menos declamaba- que se produjo en Gran Bretaña.

En el Anexo II/17 se incluye la documentación referida al pensamiento británico en 1982, en relación a las negociaciones por el tema Malvinas.

La gestión del doctor Costa Méndez

64. Al hacerse cargo de la Cancillería, el Doctor Costa Méndez tuvo dos reuniones con el General Galtieri, en las cuales éste le impartió entre otros temas la directiva de activar al máximo las acciones diplomáticas tendientes al reconocimiento de nuestra soberanía en Malvinas, agregando que no descartaba que se tuviese que llegar a algo más que la diplomacia. Nuestra Cancillería, cumpliendo la directiva del presidente, entregó al Embajador británico en Buenos Aires una propuesta para la reactivación de las negociaciones a ser tratadas en la próxima reunión conjunta, demorada hasta FEB-82 por problemas británicos (Canadá) y argentinos (cambio de autoridades) (Anexo II/18).

65. En la segunda quincena de Febrero, el Presidente Galtieri le informó a Costa Méndez que se estaba analizando la posibilidad de una ocupación militar de las Islas Malvinas. Según su propia manifestación, el ex-canciller consideró que se trataba de estudios, que no había decisión de ocupar las islas y menos, por cierto, fecha de ocupación. Tampoco se le encargaba, como Ministro de Relaciones Exteriores, la preparación de apoyo diplomático para ese requerimiento, sino solamente tenerlo en cuenta.

66. Los días 26 y 27 de Febrero se llevó a cabo la ronda de negociaciones en Nueva York, interviniendo en la delegación argentina los Embajadores Ross y Ortiz de Rozas. Gran Bretaña estuvo representada por los Ministros Luce y Fearn y el Embajador Williams, además de dos concejales de las islas. Esta delegación insistiría en dar prioridad a los deseos de los isleños.

67. La ronda finalizó con la aparente voluntad de la delegación británica de recomendar la propuesta argentina al gobierno británico. Esta presentación, denominada «Propuesta de Reactivación», propiciaba el establecimiento de una «Comisión Permanente negociadora» que debería reunirse todas las primeras semanas de cada mes, alternadamente en cada capital, a fin de mantener la continuidad e impulso de la negociación. (Anexo II/19).

68. El primero de Marzo se emitió un comunicado conjunto, cuyo contenido principal fue el siguiente:

«La reunión tuvo lugar en un clima cordial y positivo. Las dos partes reafirmaron su decisión de hallar una solución a la disputa de la soberanía y consideraron en detalle una propuesta argentina sobre procedimientos para lograr mayores progresos en este sentido. Acordaron informar a sus gobiernos al respecto». (Anexo II/20)

69. El Doctor Costa Méndez consideró necesario emitir un comunicado ampliatorio argentino, que se publicó al día siguiente en Buenos Aires, o sea el 02-MAR. Su texto aprobado por el PEN fue el siguiente:

«La Argentina ha negociado con Gran Bretaña con paciencia, lealtad y buena fe, durante más de 15 años, en el marco señalado por las resoluciones pertinentes de la O.N.U., la resolución de la disputa de la soberanía sobre esas islas. El nuevo sistema constituye un paso eficaz para la pronta solución de esa disputa. Por lo demás, si eso no ocurriera, LA ARGENTINA MANTIENE EL DERECHO DE PONER TÉRMINO AL FUNCIONAMIENTO DE ESE MECANISMO Y DE ELEGIR LIBREMENTE EL PROCEDIMIENTO QUE MEJOR CONSULTE A SUS INTERESES».

70. Este comunicado que afectaba las relaciones exteriores del país fue emitido sin consulta previa del CJFA y del CJA, y motivó una propuesta del Embajador Williams. Posteriormente fue utilizado por Gran Bretaña como indicador de la intencionalidad argentina.

71. De las declaraciones del Doctor Costa Méndez a esta Comisión se desprende también que en las reuniones del 09 y 16-MAR se presentaron a la Junta Militar alternativas que no contemplaban el uso de la fuerza. (Esta Comisión aprecia que, en realidad, no se trataba de alternativas, sino de la implementación de un curso de acción basado en la posibilidad de una nueva ronda de negociaciones.) (Anexo II/21)

72. El 08-MAR-82, llegó al país el Subsecretario de Estado de EE.UU. Thomas O. Enders. En las reuniones que mantuvo con el Presidente y con el Canciller, Enders manifestó que a EE.UU. no le interesaba el caso Malvinas y que la posición de su país en este asunto era «hand off» (manos afuera). Más tarde, en el mes de agosto, Enders, en el informe a la Cámara de Representantes, declaró explícitamente que los EE.UU. nunca habían tenido, ni tenían entonces, interés alguno en establecer una base militar de ningún tipo en las islas.

Las gestiones en las Naciones Unidas

73. El día 20-MAR-82, el Presidente Galtieri recibió al Doctor Eduardo Roca, recientemente designado embajador argentino en las Naciones Unidas. En esa audiencia, Galtieri le comunicó «LA DECISIÓN DE OCUPAR LAS ISLAS EN EL FUTURO, PORQUE NO QUEDABA OTRA SALIDA».

74. El cargo le fue ofrecido a Roca en el mes de Diciembre de 1981 y recién llegó a Nueva York el 24-MAR-82, cuando ya estaba en pleno desarrollo la crisis por el asunto Georgias. Roca había postergado su viaje para someterse, previamente a una intervención quirúrgica, y viajó convaleciente.

75. En esa fecha, la situación argentina en la O.N.U. estaba comprometida por una acusación de Nicaragua sobre la intervención de elementos argentinos en la preparación de una invasión somocista, que se lanzaría desde Honduras.

76. El incidente referido a las islas Georgias del Sur y sus consecuencias diplomáticas se mencionan en el Capítulo IV.

La resolución 502 del Consejo de Seguridad

77. En estas condiciones, la capacidad de maniobra argentina se hacía muy difícil con los países no alineados, de los cuales, seis integraban el Consejo de Seguridad, (Declaraciones del Embajador Roca) a saber: Guyana, Jordania, Panamá, Togo, Uganda y Zaire.

Además de los ya mencionados, integraban el Consejo de Seguridad los siguientes países: Francia, Irlanda, Japón, Gran Bretaña, EE.UU., China, Polonia, España y la Unión Soviética.

78. Posteriormente, los sucesos se precipitaron. El día 31-MAR-82, el Embajador Roca recibió instrucciones de presentar en el Consejo de Seguridad, una nota denunciando a Gran Bretaña por agresión en el caso Georgias, pero fue sorprendido 3 horas después por la de Gran Bretaña al Consejo ante una «inminente invasión argentina a las Malvinas», cuestión de la cual no se le había informado (Anexo II/22).

79. El 02-ABR, el Embajador Parsons pidió la reunión del Consejo. El Embajador Roca todavía no tenía instrucciones y enfrentó una situación dramática, pues su discurso le llegó a su banca desde Buenos Aires mientras escuchaba la presentación de Parsons.

80. El Embajador argentino consiguió demorar el pronunciamiento hasta el día siguiente, en que llegaría el Canciller Costa Méndez para exponer ante el Consejo de Seguridad.

81. ENTRE EL 02 Y EL 03 ABR, EL EMBAJADOR ROCA INTENTÓ OBTENER EL VETO DE RUSIA O CHINA. El Embajador Troianovsky (1) le contestó que era una decisión de «highest authorities», (las más altas autoridades), es decir que no tenía atribuciones para ello y que su voto sería de abstención.

82. El Embajador chino, con mucho cordialidad en el trato, evadió de igual forma pronunciarse sobre el requerimiento. Idéntica gestión realizó la Cancillería desde Buenos Aries, sin resultados.

83. El 03-ABR, a las 17.00 hora argentina, el Consejo de Seguridad aprobó por 9 votos a factor, uno en contra (Panamá) y 4 abstenciones, la moción de Gran Bretaña. Su texto es el siguiente:

«El Consejo de Seguridad, recordando la declaración hecha por el PRESIDENTE DEL CONSEJO DE SEGURIDAD EL 01-ABR-82 A LOS GOBIERNOS DE LA ARGENTINA Y DEL REINO UNIDO PARA QUE EVITEN EL USO DE LA FUERZA en la región de las islas Falkland, profundamente preocupado por los informes sobre la invasión el 02-ABR-82 por fuerzas armadas de la Argentina y declarando que existe un quebramiento de la paz en la región de las Islas Malvinas (Falkland Islands):

a. Exige un inmediato cese de las hostilidades.

b. Exige el retiro inmediato de todas las fuerzas argentinas de las Islas Malvinas (Falkland Islands).

c. Exhorta a los gobiernos de Argentina y el Reino Unido a que procuren hallar una solución diplomática a sus diferencias y que respeten totalmente los propósitos y principios de la Carta de las Naciones Unidas».

Conclusiones

84. A fines de Diciembre de 1981, con la designación del General Galtieri en la Presidencia de la Nación, quedó integrada la nueva Junta Militar, como órgano supremo del Estado. En ese mismo mes, existen referencias de que el General Galtieri y el

(1) Embajador Soviético en la ONU.

Almirante Anaya ya habían considerado la posibilidad de la ocupación militar de las Islas, como forma de forzar a Gran Bretaña a la realización de negociaciones serias y definitivas. En el mes de Enero de 1981, el Brigadier General Lami Dozo se incorporó a la misma idea.

85. Es decir, que la nueva Junta asumió su cargo en el momento en que la negociación se encontraba en un «IMPASSE», como resultado de la última reunión del Doctor Camilión con Lord Carrington en Setiembre de 1981, en la que este último había dado a entender la poca predisposición británica para seguir seriamente las negociaciones.

Debemos recordar que esta falta de vocación fue la constante de los diecisiete años de negociaciones, aspecto que nadie puede dejar de considerar.

86. La «Propuesta de reactivación» que propuso Costa Méndez en ese momento (27-ENE-82), fue una medida paralela a la planificación militar que se inició aproximadamente en esa fecha.

87. La velada amenaza que estaba contenida en la parte final del comunicado ampliatorio del 02-MAR, constituyó, desde el punto de vista diplomático, un inconveniente inoportuno, cuyo único resultado fue encrespar la resistencia en los Comunes.

88. Además, al expresar que el Gobierno Argentino, a partir de ese momento, «puede elegir libremente el procedimiento que mejor consulte a sus intereses», estaba confirmando las sospechas de una probable acción militar, que desde hacía algún tiempo ya se comentaba en los medios periodísticos y parlamentarios de Gran Bretaña.

Este imprudente comunicado en xxxxx fue una alerta para Gran Bretaña, (Comunicación del Agregado Naval en Londres) (Anexo II/24), pese a que el ex canciller aclaró durante su visita del 03-MAR-82 a Brasil que los medios a que hacía referencia el comunicado eran, por supuesto, los contemplados por la Carta de las Naciones Unidas.

89. El Canciller Costa Méndez no produjo ningún asesoramiento en el sentido de advertir al Comité Militar acerca de las consecuencias políticas y diplomáticas de la ocupación militar, ni tampoco acerca del momento elegido, en relación a una evaluación estratégica en el marco mundial y americano, la que nunca se realizó formalmente, y que estaba en su alta responsabilidad el hacerlo.

90. El gobierno británico había resuelto desactivar para el mes de MAY-82 una parte substancial de su fuerza naval de superficie. Esta información fue ampliamente comentada por la prensa. El Canciller, sin embargo, no tomó en consideración este dato. Omitió consultar sobre este asunto con el Embajador Argentino en Londres, quien podía brindarle una información esencial para determinar la fecha más adecuada para la ocupación militar, que obviamente debía realizarse después que la flota británica estuviera desactivada (Declaración de Ortiz de Rozas).

91. No se justifica la falta total de información en que se mantenía a nuestro Embajador en Londres, quien desconocía los planes argentinos (Operación «Alfa», contrato «Davidoff», etc.). Tampoco fue consultado respecto de una posible reacción británica ante la recuperación de los archipiélagos. Resultó, por otra parte, inoportuna la designación del Embajador Ortiz de Rozas para desempeñar otras funciones en Roma, teniendo en cuenta la importancia de ambas funciones y la distancia entre ambas capitales.

92. Con respecto a la ocupación militar, Costa Méndez no tenía una idea clara de cuál era el límite del objetivo que se había propuesto la Junta y cuál era la alternativa en caso de producirse la respuesta militar por parte de Gran Bretaña. Los testimonios recibidos permitieron aseverar que el Dr. Costa Méndez no clarificó debidamente este esencial aspecto de la decisión.

93. Hay también un evidente descuido de nuestro frente diplomático en la ONU. No podían ser peores las condiciones para presentar batalla en este foro. No se tuvo en cuenta que:

a. El Embajador Roca había llegado a las Naciones Unidas en condiciones de salud precarias, una semana antes de la fecha de invasión (24-MAR), y cuando ya estaba en desarrollo la crisis por el asunto Georgias. No se había familiarizado con el ambiente y encontró frialdad entre los miembros del Consejo, de quienes el gobierno argentino espera apoyo.

b. Existía en numerosos países, parcialmente en los países europeos, un rechazo hacia el gobierno argentino por la cuestión de los derechos humanos.

c. La situación argentina se encontraba comprometida ante los países del llamado «3er. mundo»por las siguientes causas:

1) Denuncia de Nicaragua ante el Consejo de Seguridad por la presencia de tropas argentinas en Centroamérica.

2) A principios de marzo, el ex canciller había declarado que «no pertenecíamos al 3er. mundo».

3) Entre los miembros No permanentes del Consejo de Seguridad había seis países «No Alineados».

4) Nuestras representaciones en Cuba y Nicaragua no estaban cubiertas con personal del rango de embajador.

94. En estas condiciones, resultó inexplicable la premura por la ocupación. En la obsesión de resguardar la sorpresa estratégica, se eligió el peor momento desde el punto de vista de la política internacional. Lo sensato era superar la crisis de las Georgias y mantener la previsión de ocupación para una fecha posterior, y enderezar, mientras tanto, nuestra política exterior hacia el campo de los «No alineados», para conquistar su apoyo. Esto debió ser advertido por el ex canciller.

95. También debe imputársele una errónea evaluación sobre la actitud que asumiría EE.UU. en caso de conflicto, a la luz de los intereses políticos en juego.

96. La participación de asesores del Ejército Argentino en Centro América y nuestra posible influencia en Bolivia, fueron factores que el Gobierno apreció erróneamente, ya que supuso que tales acciones tendrían tal importancia para los EE.UU., que su gobierno estaría comprometido a mantenerse equidistante en caso de conflicto con Gran Bretaña (Declaración del Almirante Anaya).

97. Si bien Enders manifestó en su visita a Buenos Aires, que a EE.UU. no le inquietaba el caso Malvinas, esta posición se refería, obviamente, a la disputa en el marco de las negociaciones pacíficas.

98. Por otra parte, se sabía que Gran Bretaña y EE.UU. tenían fuertes intereses comunes en la OTAN y que, en caso de conflicto, este último país apoyaría en forma ostensible al Reino Unido.

99. El 01-ABR, en las últimas horas de la tarde, el General Haig convocó al Embajador Takacs en Washington y le manifestó estar en conocimiento de que se llevaba a cabo en esos momentos la invasión; pidió entonces que se detuviera esta operación que iba a encender el conflicto entre los países amigos de EE.UU., ofreció sus buenos oficios para actuar como mediador y advirtió finalmente, que si se desataba la guerra EE.UU. no podía permanecer neutral y necesariamente tendría que apoyar a Gran Bretaña.

100. Toda esta información Takacs la transmitió telefónicamente en forma inmediata y personal a Costa Méndez, considerando que el señor canciller «le había entendido claramente» y le adelantó, además, que el Presidente Reagan estaba tratando de comunicarse telefónicamente con el Presidente Galtieri, para ratificarle estos mismos conceptos. Al mismo tiempo, los agregados militares hacían lo propio con sus respectivos Comandos.

101. El Doctor Costa Méndez declaró que recibió la información y, a su vez, le transmitió al Presidente Galtieri la posición de los EE.UU.

102. El Brigadier Lami Dozo reconoció, también, que había recibido esta información por radiograma del Agregado Aeronáutico en Washington.

103. Pocas horas después, el Presidente Reagan le expresó al General Galtieri, telefónicamente, su honda preocupación por la gravedad de este hecho, ratificando la disposición de su gobierno para evitar el conflicto bélico.

104. EL GOBIERNO ARGENTINO TUVO, DESDE EL PRIMER MOMENTO (01-ABR), LA RATIFICACIÓN PRECISA DE QUE EE.UU. APOYARÍA A GRAN BRETAÑA EN EL CASO DE DESATARSE EL CONFLICTO ARMADO.

El hecho de no considerar la manifestación estadounidense en su estricta implicancia entra en el campo de lo subjetivo, puesto que no se tiene una base que vaya más allá de lo especulativo. El aviso de EE.UU. fue interpretado a la luz de los propios conceptos y no de las realidades políticas por parte de las autoridades nacionales.

105. Los tres ex Comandantes en Jefe y el ex canciller declararon que la crisis de Georgias precipitó la decisión de ocupar Malvinas.

Ello presupone la comisión de un error fundamental en el proceso de la toma de decisiones, ya que se antepuso lo accesorio a lo principal. (Este aspecto será analizado en detalle en el Capítulo III).

106. El Dr. Costa Méndez pretendió soslayar la responsabilidad cuando afirmó que el COMIL no le pidió asesoramiento en aspectos que eran de su competencia. Obviamente, la excusa resulta inaceptable, pues no conviene en la jerarquía personal y oficial por él ejercida.

107. Los Artículos 87 y 88 de la Constitución otorgan a los ministros una responsabilidad indelegable y xxxx con la del presidente.

Además, los ministros, en su carácter de consejeros, representan en el gobierno las ideas más influyentes de la sociedad. Por eso, debido a su elevada misión, no pueden aceptar ciegamente la opinión del presidente, sino examinar por sí, como hombres de Estado, como servidores de la República, lo que es justo, legal y útil al bien común. Por otra parte, esta es la doctrina constitucional de la República Argentina

II Parte – Antecedentes del conflicto

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