Reflecciones Finales
Reflecciones Finales:
Está probado que la recuperación de nuestras Islas por la fuerza de las armas no es posible de manera alguna.
Debemos aceptar que en el marco de las relaciones internacionales de entonces y aún hoy, nuestras Fuerzas Armadas están diagramadas y organizadas para constituir un poder militar al servicio de la Nación en aptitud de defender los intereses soberanos de nuestro país en el marco regional, es decir, para la resolución militar de hipotéticos conflictos con países limítrofes a del cono sur americano en particular.
Las Fuerzas Armadas Argentinas, limitadas también en su poderío por los condicionamientos que resultan de la reducida capacidad económica y tecnológica de nuestro país para solventarlas, no pueden enfrentar en guerra a una de las principales potencias militares del planeta integrantes de la NATO, como lo es el Reino Unido de la Gran Bretaña e Irlanda del Norte.
De ello resulta la inviabilidad del uso de la fuerza y la necesidad de retener como curso de acción para recuperar nuestras islas la vía diplomática y la recurrencia a la justicia en el marco internacional.
En 1982, nuestro empeño militar en Malvinas tuvo la relevancia de una gesta reivindicativa de ese jirón territorial en el Atlántico Sur, propia de una Nación soberana. Con independencia de su adverso resultado, tuvo la virtud de llamar la atención del mundo sobre nuestro problema.
En particular y respecto de ese previsible resultado, los argentinos que librados de todo prejuicio, serenos y reflexivos, meditaron sobre esta guerra, habrán podido visualizar claramente la diferencia entre estar preparado y no estarlo contrastando el éxito de la Operación «Rosario» (02 de Abril), perfectamente planificada y cumplida con elementos de combate especialmente instruidos, organizados y equipados y la improvisada continuación posterior de la guerra, sin adecuado planeamiento y sumando en las islas, con irresponsable ingenuidad extrema, unidades no preparadas, ajenas a las condiciones geográficas y climáticas de ese teatro de operaciones e incluso en ciertos casos, sin haber recibido sus pertrechos operacionales.
Como militar profesional y conociéndola como tal, es mi opinión que la guerra es un crimen de lesa humanidad; sus vivencias en carne propia implican tomar plena conciencia de la dureza del enfrentamiento del hombre consigo mismo, con el otro, su enemigo y con la muerte como su consecuencia posible. Así ocurre en el combate terrestre de la Infantería, arma a la que pertenezco, el más cruento en el curso de los siglos.
En ese enfrentamiento consigo mismo, la sobrevivencia del combatiente pende de su fortaleza interior para vencer el miedo y aplicar sus fuerzas morales al cometido de su misión, desentendiéndose de la trascendencia de lo que está en juego : VIDA o MUERTE.
En esta línea de pensamiento y en orden a las circunstancias indescriptibles de un combate en progreso y sujeto a la presión de las responsabilidades de comando, bajo la temible eficacia de los fuegos aéreos, navales y terrestres modernos, transpuestos los umbrales de esa lucha interior, vencido el miedo y la incertidumbre preliminares por la suerte de las armas y las vidas en juego, se encuentra claro el Norte ( la misión ), el combatiente se » robotiza ( pierde las sensaciones de hambre, sueño, dolor, frío, calor, sexo, etc ) y acomete mecánica y serenamente las exigencias de su rol de combate para enfrentar la lucha.
La edad de nuestros soldados, exigida por la legislación vigente entonces, no fue obstáculo para el cumplimiento de la misión; puedo asegurar que en la dura prueba de la guerra y bajo fuego, los ví convertirse en hombres y combatientes, abnegados y valerosos hasta el sacrificio.
La inexperiencia era un bagaje general que me comprendía personalmente siendo su jefe; las falencias de su preparación específica para el conflicto y presentar lucha formal al enemigo inglés sin el equipamiento orgánico, no son cuestiones imputables a su responsabilidad.
Cumplieron su misión a pesar de ello.
En esa lucha interior, en mi caso, y después de la batalla, inmerso en mis reflexiones siendo prisionero de guerra, aprendí una lección de vida que resulta una paradoja frente al horror de la guerra.
En el aire, el mar o la tierra, el combate proporciona una impensada perspectiva humana, sentido de los valores trascendentes sobre aquellos que no lo son, capacidad para discernir lo que es verdaderamente importante de aquellos por los que no vale la pena tan siquiera sentirse agobiado.
La guerra confiere sagacidad para discernir los elementos irrelevantes de las situaciones trágicas; tomar conciencia de lo risible y de lo verdaderamente importante y ponderable y nos permite mantenernos incólumes en cualquiera de las tempestuosas circunstancias que la vida nos depara.
Entre los 40 y los 47 años de mi vida, en dos guerras, una fratricida contra la subversión armada y otra por nuestra soberanía territorial aprendí a vivir, a tener calma y mantenerme sereno frente a la adversidad; esa durísima etapa me permitió apreciar el diario milagro de la resistencia del espíritu humano y rectificar la tabla de valores que actualmente nos apabulla prioritando vanalidades.
No hay dinero que pueda pagar un beso de mis nietos.
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ORGANISMOS Y COMISIONES QUE INVESTIGARON EXHAUSTIVAMENTE LA CAMPAÑA DEL RI 12 “Grl ARENAALES” EN EL CONFLICTO ATLÁNTICO.
1. Comisión de Evaluación de la Operaciones Realizadas en las Islas Malvinas ( Comisión CALVI) – Año – Junio/Julio1982
2. Comisión de Análisis y Evaluación de las Responsabilidades Políticas y Estrtatégico-Militares en el Conflicto Atlántico Sur – ( Comisión CAERCAS – RATTENBACH .) –( Dic – a – Set 83 ).
3. Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas
( Causa Malvinas- Nov 83 – a – May 86.)
4. Cámara Federal de Apelaciones de la Capital federal – (Fiscal Strassera)
(May – a – Oct 86)
5. Comisión Especial MALVINAS (EMGE – Jef I-Pers ) – (Mar –a – Jun 89.)
6. Comisiones de Defensa y Acuerdos Constitucionales del Senado de la Nación – (Años 1990 al 92., ambos inclusive)
No existen antecedentes de ninguna otra unidad de combate de Ejército, Fuerza Aérea o Marina cuya jefatura, cuadros superiores, subalternos y tropa hayan sido investigados en su desempeño individual y de conjunto, en campaña y en combate (GOOSE GREEN – 27 / 29 mAY 82), y con particular énfasis su jefe, el suscripto
OBRAS PUBLICADAS POR EL SUSCRIPTO
– GANSO VERDE – Editorial Sudamericana Planeta – Abril 86 – (3 ediciones)
– EL COMBATE DE GOOSE GREEN – Grupo Planeta – Marzo 1994