El Gaucho Rivero
Un confuso episodio se produjo en la Isla Soledad mientras Manuel Moreno continuaba en Londres con los reclamos infructuosos.
Cuando el capitán Onslow abandona Puerto Soledad el 14 de enero de 1833, quedan en tierra treinta y un hombres: 14 argentinos y 17 extranjeros.
El día 17 de marzo arribo la nave Herriet donde volvía Mateo Brisbane, escocés, que había estado al servicio de Vernet y ahora respondía las ordenes de los ingleses.
Un
día después, fondeo la goleta inglesa Beagle, al mando del capitán Fitz
Roy, quien pidió a Brisbane que confirmara a Juan Simón como capataz de
los peones. El irlandés William Dickson era el despensero (ya lo había
sido Vernet)
De esta manera quedaron tres extranjeros al mando de la
colonia. Estos criollos que estaban en las islas eran gauchos que
habían sido traídos clandestinamente, gente sin instrucción, sometidos a
trabajos fuertes y que tal vez nunca entendieron del todo qué había
pasado con ellos y su destino.
El hecho es que un grupo de ocho
hombres, tres gauchos y cinco indios, se amotinaron el 26 de agosto de
1833 y mataron a Brisbane, a Dickson, a Simón y a otros dos hombres más.
El jefe del grupo de sublevados fue Antonio Rivero; se sabe muy poco de
él. Algunos aseguran que era entrerriano, pero nunca se pudo comprobar
esta circunstancia por la carencia de documentación segura. Lo único
cierto es que era un humilde peón de campo; pertenecía al grupo de
gauchos indigentes que llegaron a las islas triados por Vernet. Según el
censo que realizó Onslow tendría unos 26 años y era analfabeto.
La
miseria del gaucho en esos momentos era muy grande. Dickson no aceptaba
como pago los vales que Vernet había entregado a los peones para
pagarles su trabajo, sino que exigía monedas de plata y ellos no las
tenían. Por otra parte Simón les prohibió faenar ganado manso, por lo
que tenían que salir a perseguir el ganado cimarrón para conseguir
alimento. Es muy evidente que la situación social y económica de esos
hombres era angustiante. ¿Más allá de estos hechos, los movió el ímpetu
patriótico que no podía soportar que flameara la bandera inglesa en vez
de la argentina? Se afirma con seguridad de que estos gauchos arriaron
la bandera inglesa e izaron el pabellón nacional y también como hecho
concreto, se sabe que mantuvieron dominio sobre las Malvinas Argentinas
durante seis meses, ignorados por el gobierno de Buenos Aires y sin
poder hacer llegar noticias de lo sucedido.
En el mes de octubre
llega la Antartic, cuyo capitán el comandante norteamericano Nash se
entrevista con el Gaucho Rivero, quien le lleva varias vacas. Como veía
que no llegaban refuerzo de la costa Argentina, el Gaucho Rivero y sus
compañeros se proponen preparar una balsa para ir a la Patagonia. No
pueden hacerlo porque el 7 de enero de 1834 llega a Puerto Soledad el
Callenger, al mando del capitán Seymour y la Hopeful, con el teniente
Rea.
Vienen con ellos el teniente Smith, nombrado probablemente por
Onslow comandante de la isla. Smith vuelve a izar la bandera británica y
organiza una partida armada para apresar a los gauchos, que habían
huido ante la llegada de los extranjeros.
Los gauchos estaban
dispuestos a luchar hasta las últimas consecuencias para salvar sus
vidas y huyeron hacia los cerros. Era, por tanto, una tarea muy difícil
capturarlos. La persecución duro alrededor de tres meses y terminó por
agotar a los criollos. Uno de los peones, Luna, traicionó a sus
compañeros y otro gaucho llamado Brasido desertó.
Los ingleses
reforzados por la llegada de la Beagle y la Adventure. De esta manera,
pueden apresar a los compañeros de Rivero, quien queda entonces solo,
desamparado y casi sin alimentos; al fin Rivero es capturado y
engrillado. Los cinco hombres que habían sobrevivido fueron embarcados
en la Beagle y llevados a Gran Bretaña, donde son encerrados en la
prisión de Sherness.
Las actas labradas fueron entregadas al
Almirantazgo, pero el tribunal inglés, una vez analizados los hechos y
al no hallar elementos de juicio suficientes para condenar a los
prisioneros, los devuelven a la Argentina. Los cinco hombres fueron
embarcados en la Talbot y dejados en Montevideo.
Según una tradición, no aprobada, se dice que el gaucho Rivero murió peleando en la batalla de Obligado. .