El regreso
El regreso – Capítulo VII
07 de Junio
El “Northland” está nuevamente en el Estrecho de San Carlos; ha cumplido una misión operacional logística con prisioneros a bordo, violando la Convención de Ginebra. En el día completa el embarque de la FT “Mercedes” argentina. No puedo precisar cuántos son los hombres que suben. Entre ellos figura el Sargento Primero Berdugo (del RI 12), jefe de la atrulla que fuera helitransportada a Saladero para comprobar el posible desembarco allí de efectivos enemigos, que luego no pudo ser recuperada.
Durante el control, el Teniente Primero Chanampa y los Subtenientes Jorge Gustavo Zanella y José Eduardo Navarro ( todos del 4 de Artillería Aerotransportada ), encontrándose ya a bordo, son desembarcados. Los ingleses piensan que, siendo paracaidistas, puedan ser nuevamente empleados en la zona de conflicto. Medida inobjetable.
En conocimiento de que ha sido embarcado mi Segundo Jefe, el Mayor Frontera, solicito autorización para recibirlo en mi camarote. Se concede, pero será a puerta abierta y con centinela a la vista un tiempo no mayor de veinte minutos.
La alegría de ambos se manifiesta en un estrecho abrazo y animado intercambio de saludos, previo al relato de la situación que a cada uno le tocó vivir. El Mayor debe retirarse a su alojamiento compartido, dejándome de nuevo en la soledad de mi camarote.
Se lleva algunos cigarrillos, aclarando, ante mi sorpresa, que habiendo dejado de fumar hacía mucho tiempo, retornó al hábito a partir del 29 de Mayo, impulsado por las desgraciadas circunstancias que se vivían.
Por mi parte, fumo tabaco de pipa y cigarros de hoja correntinos, los nunca bien ponderados “charutos”, de los que he traído buena provisión a campaña, racionando cuidadosamente su consumo. En ocasión de una visita del Mayor Dowling, intercambio un “charuto” por un fino y elegante cigarro de hoja inglés con boquilla plástica, en un gesto de camaradería entre enemigos que sólo un combatiente puede entender; imparcialmente, y de acuerdo al dictamen de mi paladar, concluyo que he perdido en el cambio. En el cigarro inglés, muy fuerte para mi gusto, no encontré el sabor, la suave frescura, ni la sutileza aromática de nuestro artesanal cigarro litoraleño.
Sorpresa por la presentación a bordo del Teniente Morales, Jefe de la Sección Exploración del RI 12, quien había sido hecho prisionero combatiendo, en la mañana del 27 de Mayo, día del inicio del contacto por el fuego de la posición Darwin-Ganso Verde. Este Oficial comenta que, ya prisionero a bordo de una nave, tuvo una emergencia odontológica y para su debida atención fue helitransportado al portaaviones «Invencible”. Mi Teniente Morales sólo dispone del equipo que viste; le cedo del mío personal algunas prendas que le permiten cambiarse, incluyendo abrigo y ropa interior.
Mientras embarcaba personal, el “Northland” ha cumplido una intensa actividad de desembarco de abastecimientos.Nuevamente en navegación. Esta vez, según se nos dijo, en dirección a un puerto neutral del continente: Montevideo.
08/09 Junio
Días claros, con sol, rumbo Norte.
Alegría por el pronto retorno a la patria; más allá de la derrota, la FT “Mercedes” es consciente de haber cumplido con el deber militar que la Nación le impuso en la defensa de la soberanía territorial. Sus hombres velan ansiosamente el tiempo y la distancia que los separa del reencuentro con sus seres queridos.
Un episodio: en la cubierta de popa, en tanto pequeños grupos de oficiales conversan y disfrutan del sol, el teniente Morales, un rubio muchachón de estatura media a baja y pesado cuerpo de gorila, discute amistosa pero acaloradamente con uno de los centinelas, empleando, para hacerse entender, una ininteligible mixtura de gestos, castellano e inglés.
Se acercan curiosos, atraídos por la elocuencia de Morales, y se apretujan hasta motivar el recelo y desconfianza del centinela, visibles en su rostro y las rápidas miradas en rededor, inquieto por el “bloqueo y cerco” a que se ve sometido.
¿Cuál es el problema?. Morales trata de jugar una insólita apuesta: 50 flexiones de brazos, contra dos paquetes de galletitas. Un compañero con mejor inglés lo ayuda. El centinela accede. Los presentes corean risueñamente y a viva voz el número de flexiones del apostador, que completa la cantidad acordada sin esfuerzo aparente, festejando ruidosamente. El centinela entrega a Morales uno de los paquetes apostados. Un gran abucheo y silbatina sirven de fondo a la exclamación reprobatoria de uno de los espectadores:
“Inglés…no podés con tu sangre …eehh… Sos un piratón de mierda..”. Risas.
En ocasión de una entrada circunstancial al camarote de Pedrozo y Vera Mantaraz observo la existencia de latas de gaseosas y etiquetas de cigarrillos y golosinas que, por supuesto, no son de provisión normal a los prisioneros.
Pedrozo me cuenta que ha solicitado y obtuvo autorización para efectuar compras en la cantina del buque, utilizando moneda inglesa. Como tengo moneda nacional exclusivamente, pido a Pedrozo que me venda una cantidad de libras esterlinas al valor de cambio establecido por el gobierno militar de las islas, a fin de hacer extensivo el regalo de saborear una gaseosa o un chocolate al resto de los prisioneros, en la medida que los costos lo permitieran; la solicitud es denegada con la promesa de ocuparse personalmente de hacerlo. No será así.
10/11 de Junio
Sensible mejora de la temperatura exterior.
El
10 de Junio, una comisión de la Cruz Roja Internacional que aborda el
“Northland” procede a un riguroso registro documental de la cantidad,
identidad y condiciones psicofísicas de los prisioneros, verificando
asimismo, que el trato general se encuentre de acuerdo con las
disposiciones de la Convención de Ginebra.
La identidad es registrada personalmente por cada prisionero, en una ficha-formulario. Soy presentado en forma individual al funcionario. Como resultado de esta visita es mejorada la alimentación, ahora enriquecida con sachets de leche entera individuales, pan del tipo lactal, fiambre, alguna golosina y cigarrillos.No soy informado de las novedades que pudiera haber constatado la comisión. Sí, me es ratificado el puerto de destino y fecha de arribo. Montevideo, 12 de Junio.
12 de Junio
1800 hs – Al término de un día de navegación normal, el “Northland” atraca en Montevideo, puerto acordado por Argentina e Inglaterra para la entrega y/o escala de tránsito de prisioneros y heridos de ambas partes.Personal diplomático de ambos países, autoridades locales y delegados de Cruz Roja reciben el buque y controlan la transferencia de la responsabilidad de los prisioneros.Se prolonga la permanencia a bordo mientras se efectúan los trámites de rigor; se sabe que somos en total 1051 prisioneros.Hubo una nueve verificación de identidad y exámen psicofísico general.Se ha tendido en el muelle un severo dispositivo de seguridad que comprende la veda del ingreso a fotógrafos y periodistas.
2000 hs – Cuando vamos completando los trámites, los efectivos argentinos somos transbordados al buque-escuela “Piloto Alsina” de la Armada Argentina y al privado “Nicolás Mihanovich” que hace la carrera Buenos aires – Montevideo. A nuestro ingreso y previo control de identidad, nos es entregada una circular que lleva adjunta una síntesis informativa de la evolución de las operaciones en el Teatro Malvinas, desde la caída de Darwin – Ganso Verde. Dice en su primera parte, textual:
“A ustedes… los héroes de Darwin y Ganso Verde.
“En este guerra a sangre y fuego que lleva la Patria están sobrando nombres para darle a la gloria y está faltando bronce para tanto coraje. Hoy, el Ejército Argentino tiene el orgullo de reintegrar a sus filas a los héroes de Darwin y Ganso Verde.
A quienes sin excepción combatieron heroicamente hasta el último cartucho, desgastando considerablemente a un enemigo notoriamente superior, obligándolo a emplear la masa de sus medios, a pagar una alta cuota de sangre, a reconocer la voluntad de lucha del soldado argentino y postergar, tal vez para siempre, su anhelado ataque a Puerto Argentino.
Hoy están aquí, otra vez entre nosotros. Su heroica acción ya engruesa las páginas de gloria de nuestro Ejército, incluyéndolos entre los artífices indiscutibles de la gesta que reintegró definitivamente a nuestro suelo patrio las Malvinas Argentinas.
Gracias por su heroísmo y su sacrificio, Gracias por su ejemplo,
Gracias por asegurar nuestro futuro.
Su acción nos marca el camino hacia la victoria final.
Por Dios y por la Patria…Adelante.”
Jamás he leído una tan grande y bastarda muestra de hipocresía..!!!
La efusividad de ese recibimento no se correspondió luego con el maltrato dado a los combatientes, curiosamente, hasta la fecha de rendición de Puerto Argentino, en el Centro de Recuperación de Prisioneros de Guerra donde fueron concentrados. Con los Mayores Frontera Moore y el Capitán Sánchez, soy conducido al comedor de la cubierta principal del “Mihanovich”, donde saludamos al Embajador argentino en el Uruguay, General (R) Santiago Riveros; el Coronel Juan Carlos Gualco, del Estado Mayor General del Ejército (Jefatura II – Inteligencia), el Mayor Ernesto Fernández Maguer, de la Agregaduría Militar Argentina en ese país, el capitán de la nave y otros Oficiales del área Inteligencia del Ejército.
Afecto y solidaridad de los presentes, reconfortando nuestros espíritus. En torno a una copa de buen vino, la ansiedad por saber supera la capacidad de síntesis y respuesta de los combatientes.El embajador me acompaña en la cena. Después quedamos a disposición de la Jefatura de Inteligencia y sometidos a un extenso cuestionario, base de un informe del área a la superioridad.
Viaje de regreso a la Patria.
13 de Junio
0645 hs – En plena navegación. Completamos el informe de inteligencia. Hemos debido trabajar toda la noche. Tomo un café y me acuesto, sin mayores miramientos, en el piso del comedor, mi lugar de trabajo. Me duermo con la instantánea profundidad de un desmayo.Los combatientes vibran de impaciencia por pisar el suelo argentino que ya aparece en el horizonte.
1230 hs – Arribo a la rada del Puerto de La Plata. Por qué este puerto..? Por qué no Buenos Aires..? Qué puede haber impedido entrar a Buenos Aires…? La respuesta la tendría en las siguientes horas y días de la llegada al país de los combatientes vencidos.
1345 hs – Remolcadores de ELMA amarran el buque en la dársena del astillero Río Santiago. Efectivos de Prefectura e Infantería de Marina mantienen la seguridad y prohíben el ingreso de familiares, público general y periodistas.Recibe al personal repatriado el Capitán de Navío Carlos Alfredo Vahinger, Comandante del Area Fluvial Naval, quien me hace comunicar su intención de saludar al cuadro de Oficiales a bordo, antes del desembarco. Eso se realiza en el comedor de cubierta y el marino nos dirige la palabra dándonos la bienvenida.
No hay autoridad alguna del Ejército; nadie ha recibido la responsabilidad de representar a la Fuerza para saludar, o al menos recibir, a sus soldados que regresan de la zona de guerra.
Hierve mi sangre, inmersa en una rabia feroz; me siento con derecho a inferir que, vencidos, la superioridad entiende que sólo merecemos el más absoluto desprecio, falta de consideración y total indiferencia y, lo más grave, demuestra una irreverente irrespetuosidad por sus muertos y heridos en una batalla en la que debieron enfrentar al enemigo sin tener “con qué” por falencias que son responsabilidad exclusiva de quienes condujeron la guerra.
Nada podrá justificar ese proceder. Para alguno, en todo caso, el merecedor de tal trato podría ser yo, Jefe responsable, nunca los que combatieron a mis órdenes.Entramos por la puerta “de servicio y de atrás” al país, a escondidas, como si fuéramos una vergüenza excecrable para la Nación. Decisiones de esta naturaleza sólo pueden tomarlas “politiqueros” de uniforme, con más ambiciones de poder.
Comienza el desembarco el personal de la dotación “Cóndor” de Fuerza Aérea. Control por un completo equipo de sanidad militar.
1430 hs – El personal aeronáutico parte en micros con rumbo a sus destinos orgánicos. Las actividades de supervisión y control del desembarco me impiden a mí y a mi Plana Mayor saludar y despedir a los camaradas del aire que compartieron nuestro destino en las ahora lejanas Malvinas.
Tengo ocasión de estrechar en un abrazo al Capítán Lavaysse, que formara parte de mi Plana Mayor hasta el 03 de mayo, cuando fue evacuado al continente por enfermedad. Se ha apersonado por propia iniciativa en Río Santiago, para recibir a la que fuera su unidad en campaña y acompañarla en su traslado. Viaja con nosotros en el micro; me presenta un pormenorizado diario de guerra del lapso en que se desempeñó como oficial de Personal de la unidad, el que resultará posteriormente de gran utilidad para reconstruir el documento oficial de constancia de los hechos, elaborado en el asiento de paz.
Me informa que, asistiéndose en Comodoro Rivadavia ( Chubut ), tuvo la oportunidad de exponer en el Comando del Teatro Sur, ante los Generales Galtieri y García, las abismales deficiencias operacionales que vivía el Regimiento 12. No tuvo eco, por cierto.
1900 hs – Arribamos a la Escuela de Suboficiales “Sargento Cabral” , donde ha sido organizado un Centro de Recuperación de Prisioneros de Guerra, como paso previo al reintegro del personal a sus destinos de paz. El Centro, cuyo jefe es el Coronel Hugo Ferrari, Subdirector de la Escuela, se hace cargo de los efectivos mediante grupos organizados para el cumplimiento de tareas de orden diverso comandados por oficiales y profesionales.
Las Compañías del Regimiento 12 y elementos agregados son recibidos y alojados por fracciones orgánicas en dependencias del instituto, cumpliéndose actividades inmediatas de control de efectivos, identificación, higiene, cambio de ropa, etc. Previo a todo ello, el personal cobra sus haberes no percibidos por encontrarse en campaña. Son abonados por una comisión de la Contaduría General del Ejército, al mando de un correntino de La Cruz, el Teniente Coronel Leopoldo René Moratorio, amigo entrañable desde que, por los años 60 servimos, siendo Oficiales Subalternos, en el Regimiento 4 de Infantería, en Monte Caseros, Corrientes.
Como cabía esperarlo de él, ha solicitado su designación en la comisión de pago; el amor por Corrientes y sus hombres, que son masa en mi regimiento, le hacía imposible no estar presente de alguna manera en el ingreso de ellos a la Patria.
En el escritorio de Moratorio tengo el placer inenarrable de saborear el primer mate amargo en mucho tiempo, en compañía de mi mejor amigo.
Soy trasladado al Comando de Institutos Militares, donde efectúo mi presentación personal reglamentaria al Segundo Comandante de Institutos, General Luis Alberto Amallo, quien me conduce a ese mismo efecto a presencia del Comandante, General Néstor Calvi.
Satisfechos los requerimientos de información impuestos por el comandante, ratifico la decisión de rendir la guarnición que adoptara oportunamente:
“Mi general, de repetirse la situación que vivía la fuerza a mi mando el 29 de mayo, resolvería nuevamente, sin vacilar, la capitulación de la plaza.”.
Me ordenan presentarme el 14 de Junio a las 0700 horas, al Segundo Comandante, a efectos de elaborar un informe personal de las actividades operacionales cumplidas por mi unidad en Malvinas.
14 de Junio
0700 hs – Aguardo, solitario, mi presentación al Segundo Comandante de Institutos, en una amplia dependencia.
Por sus proporciones y mobiliario, debe tratarse del aula de instrucción de Oficiales de la Escuela. Está presidida por una ampliación a gran escala, cartográfica, mural, del archipiélago Malvinas.
En el mismo salón, el Segundo Comandante me comunica que una comisión de generales, presidida por el General Calvi, de la cual forma parte personalmente, tiene a su cargo la investigación de la actividad de la Fuerza Ejército en el Teatro de Operaciones Sur y que, en ese marco, deberé confeccionar mi informe. Esa comisión, creada por resolución del Comandante en Jefe el 04 Junio 82, estaba integrada además, por los Generales Horacio José Varela Ortíz, Mario Alfredo Piotti y Eduardo Osvaldo Garay.
Me entrega un formulario impreso de varias fojas que deberé completar antes de las 1300 horas. Un vistazo general me permite concluir la profundidad, detalle y extensión del informe que me requieren.
Atento a ello, al cansancio general que me afecta, a la perentoriedad casi escolar del tiempo asignado, al esfuerzo de memoria que exige y a la necesidad íntima de ser claro y absolutamente detallado, solicito al General Amallo autorización para que mi Plana Mayor me asista en su elaboración. Me es denegado, fundándose en disposiciones superiores. Tendré que hacerlo personalmente y sin asistencia alguna, salvo un suboficial escribiente para mecanografiar el informe. Me aclara el general que la Plana Mayor y todos los Oficiales a mi mando completarán el mismo informe impreso, adecuado a su nivel jerárquico, en forma individual y aislados.
Un relámpago ominoso ilumina mi mente; ya he sido juzgado y condenado, cualquiera fuere el contenido de mi informe.
Ya desde la madrugada del 29 de Mayo estaba moralmente dispuesto a afrontar las consecuencias que pudiera acarrear a mi carrera profesional la resolución de evitar el estúpido aniquilamiento de la unidad a mi mando. Asimilo así, serenamente, la comprensión de mi inmediato o mediato destino personal. Sonriendo para mí, descubro que la perspectiva no es capaz de alterar mi pulso. Tengo conciencia, labrada en muchas horas de reflexión y examen de conciencia, de mi paz interior.
Un oficial del Instituto me provee de material de escritura y se pone a mis órdenes para lo que necesitara.
En manifestación del sentimiento del deber militar cumplido que me anima y en cumplimiento de un ineludible deber de padre hacia hijo, nacido de la lealtad sin cortapisas de nuestras relaciones, de Oficial Jefe a Oficial Subalterno del Arma, redacto un radiograma a transmitir a mi hijo, el Subteniente de Infantería Sergio Marco Piaggi, que revista en el Regimiento 17 de Infantería Aerotransportada: “Hijo querido, puedo mirarte a los ojos. Un abrazo. Tu padre.”.
1300 hs – Conforme lo
previsto, el tiempo concedido no ha sido suficiente para completar mi
informe. Solicito una prórroga de varias horas, que me es concedida. Un
Suboficial, apostado en la puerta del salón, vigilará discretamente mi
trabajo, durante todo el día. No puedo menos que sonreir; no es mucha la
diferencia con la vigilancia persona a persona que los británicos me
obsequiaran durante mi detención en San Carlos.
Sin pausa y sin
almorzar, salvo la solidaria atención de un emparedado y un whisky,
alcanzados por el Teniente Coronel Elio Ferrante, un compañero de
promoción destinado en la Escuela, que violó la prohibición de acceso al
salón para saludarme, completo el informe.
1800 hs – Me reintegro a mi alojamiento, donde la Plana Mayor me informa sobre las actividades que, por turno de compañías, cumplen mis hombres. Ellos también han hecho su informe operacional en las condiciones descriptas.
Me invita a cenar el director de la escuela, Coronel Braulio Olea.
Entre otros oficiales, asiste el Director de la Escuela de Ingenieros, Coronel Belli, a quien expreso mi personal satisfacción por el brillante desempeño en operaciones del Grupo de la Compañía de Ingenieros 9, agregado a la Compañía C del RI 25, que integrara la FT “Mercedes”. A los postres, se apersona un oficial del Comando de Institutos que me transmite una orden del General Calvi: deberé elaborar un nuevo informe, complementario del anterior, antes de las 0800 horas del día siguiente, 15 de Junio.
2330 hs – Interrumpida la sobremesa, me dirijo otra vez al salón donde realizara mi primer informe. Otra noche en vela de intenso trabajo. Las mismas condiciones: aislado, con un escribiente y otro suboficial de vigilancia a mi puerta . No es mala la perspectiva; sin considerar el día y noche de trabajo del 12 al 13 de Junio, completaré ahora 25 horas de informes, sin dormir y con una sola comida, la cena que acabo de interrumpir.
En el curso de esa noche me entero de una infausta nueva: Puerto Argentino se ha rendido.
15 de Junio
0800 hs – Presento mi nuevo informe a la comisión. Se me indica que debo aguardar en proximidades de la dependencia en que aquella funciona, porque es posible que deba aclarar o ampliar, verbal y personalmente, algún aspecto.
Desde que he sido puesto a disposición de esta comisión investigadora, no he sido presentado a, ni interrogado por todos o algún miembro de la misma; salvo el General Amallo y al solo efecto de imponerme de las instrucciones para la elaboración de mis informes, no he visto ni tenido oportunidad de saludar a sus integrantes.
El olor a turba malvinera, trinchera y humo de pólvora de un veterano derrotado debe ser apestoso…
Mientras espero concluyo que, aunque lo amplíe, mi informe adolece de significativas falencias, considerando que al momento de iniciarlo, el día anterior, incidían sobre mí factores psicofísicos y circunstanciales previos negativos :
A) Tiempo relativamente prolongado de cautiverio y deficiencias alimentarias, aislado y vigilado persona a persona; situación esta última que se prolonga hasta la fecha, en mi patria y a disposición de mis mandos militares.
B) Ejecución de un Informe de Inteligencia al Estado Mayor, que significó 12 horas de trabajo ininterrumpido en la noche del 12 al 13 de Junio, sin descanso y recién transferida la responsabilidad británica de mi persona a autoridades argentinas.
C) Perentoriedad injustificada a mi criterio para confeccionar el primer informe (12 horas).
D) Ampliatorio del anterior (10 horas más) a menos de 4 horas de terminado el primero.
E) Aislamiento para la ejecución de los informes, con el esfuerzo de memoria personal que implica y que bien pudo significar la exclusión involuntaria de elementos de juicio importantes para el debido esclarecimiento de los hechos.
No me fue concedida ni tuve oportunidad alguna de ser enfrentado verbal y personalmente por parte de los señores Generales miembros, con los cargos a que hubiere dado lugar el ejercicio de mi comando y responsabilidades de campaña, ni tampoco formular mi personal descargo de aquéllos.
No tuve otra ocasión de expresarme hasta Mayo de 1983 ante la CAERCA – Comisión Rattenbach – como se verá más adelante.
1045 hs – Liberado de la larga espera y ya en mi alojamiento, dispuesto a descansar, soy informado que los excombatientes tienen visita autorizada desde las 0800 hasta las 1200 horas y que mis familiares me aguardan desde la primera hora. Salgo disparado a abrazar a los míos y disipar sus lágrimas de muchos días de temor e incertidumbre.
El resto del día es dedicado a las actividades normales del Centro. Cumplida la última obligación, el personal de cuadros, no así la tropa, con domicilio o familiares en Capital federal y Gran Buenos Aires, es autorizado a retirarse franco hasta el día siguiente.
Esa noche, en el calor de mi hogar, paladeando con fruición casi mística una copa, gozo de la compañía de mis familiares y amigos. Tengo oportunidad de hojear superficialmente algunos diarios, revistas, sueltos y recortes de artículos relativos a la guerra.
Asombrado, incrédulo, azorado simplemente por los títulos que repaso, no puedo menos que suspender una pregunta en el ambiente :
– ¿ Qué guerra vivieron ustedes en el Continente…pero…cómo es posible que se los haya engañado en esta forma… ?
16/18 de Junio
Los excombatientes cumplen actividades relacionadas con:
1 .Exámen psicofísico general.
2 Corte de cabello.
3 Lavado y canje de mudas de ropa interior.
4 Cambio completo de uniforme de combate.
5 Provisión de correajes, armamento y munición de dotación individual que por rol de combate corresponde en reemplazo del perdido en las islas.
6 Visita de familiares: día 15 nada más.
7 Franco de cuadros: 16 y 17 de Junio.
8 Descanso y recreación: después de las comidas, en sectores especialmente establecidos.
Las
actividades diarias se inician con una formación presidida por el Jefe
del Centro, luego, los oficiales jefes de los grupos de tareas se hacen
cargo de las fracciones orgánicas en turno para cumplir lo programado
para ese día.
Las instalaciones asignadas al Centro están en su
totalidad comprendidas en un área restringida, vigilada por efectivos de
Policía Militar las 24 horas del día. Los excombatientes, sin
distinción de jerarquías, tienen prohibida su salida de la misma. De la
misma manera, también estaba prohibido el ingreso de personal no
afectado a servicios en el Centro. Esta incomunicación también rige con
el exterior; han sido prohibidas las llamadas telefónicas al exterior y
cortadas las líneas directas con terminal en el área restringida.
Tenemos la impresión de estar de nuevo prisioneros, confortablemente, en nuestra propia casa. Es sólo una impresión…?
En mi caso, habiendo sido alojado inicialmente en lo que podría ser la habitación del oficial de semana de una subunidad-escuela (ingenieros) con los austeros muebles militares necesarios, cama, mesa de luz, un escritorio y silla, al cabo de dos, tres días, por razones que no analizo pero deben haber sido más que miserables y relacionadas con equívocos prejuicios sobre mi desempeño operacional, me encontré de buenas a primera casi durmiendo en el suelo.
Sabiendo que de esos días en más esas bajezas en el comportamiento de muchos de mis camaradas y compatriotas serían normales, no hice reclamo o comentario alguno,solo atiné a reirme y decir para mis adentros, masticando las palabras: “Talito….llegará el día en que pedirán disculpas… esta guerra, para los combatientes, y menos para vos, todavía no ha terminado…!
18 de Junio
Se dedica a la preparación del movimiento del Regimiento, por modo ferroviario, a su destino y guarnición de paz: Mercedes, Corrientes.
19 de Junio
1300
hs – Formación estrictamente militar, presidida por el Comandante en
Jefe del Ejército, Teniente General Cristino Nicolaides, para despedir a
los integrantes del RI 12 y otros elementos que integraran la FT “M” a
sus respectivas guarniciones. Participan efectivos de la Escuela de
Suboficiales.C
Se presentan los efectivos al comandante, quien pasa revista y pronuncia una alocución. Luego se realiza un desfile.
Aspectos puntuales del discurso del Teniente General Nicolaides :
1. “El Regimiento 12 viene de nuestras islas, donde fue a salvaguardar nuestra soberanía”.
2. “Lo hizo con decisión y sin titubeos, para mantener incólume el patrimonio territorial”.
3. “El enfrentamiento directo, frontal, determina quien se impone y debimos enfrentarnos con oponentes experimentados, con armamento moderno y equipos sofisticados”.
4. “El Regimiento 12 supo hacer frente a la tremenda responsabilidad y combatió con circunstancias relativas y totalmente precarias”.
5. “El mundo entero supo del coraje de la tropa argentina. Potencias extranjeras caracterizadas por su dominio y pretensiones imperiales se han enfrentado a este puñado de hombres”.
6. “Estoy orgulloso de mi tropa, un revés no significa haber perdido, estoy orgulloso del Ejército Argentino”.
7. “Estoy orgulloso de mi Ejército y del Regimiento 12 de Infantería, y mucho más por la página gloriosa de historia que marcaron para las generaciones venideras”.
Al término del desfile, los efectivos racionan y completamos el alistamiento para el embarque ferroviario, que se ejecuta en las últimas horas de la tarde. Indescriptibles manifestaciones de alegría de cuadros y tropas por el retorno a casa. El Regimiento que “combatió con circunstancias relativas y totalmente precarias” saldrá de Buenos Aires entre “gallos y medianoche” y viajará toda la noche del 19 de Junio.
20 de Junio
1200 hs – Arriba a Mercedes el tren especial que transporta al regimiento. Llovizna persistente.
Aguardan la llegada gran cantidad de familiares y amigos, muchos de ellos venidos de otras localidades del interior de la provincia y de las de Santa Fé, Chaco y Formosa.
Esta emocionada concentración está presidida por la imagen de Nuestra Señora de las Mercedes y concita la presencia de las más altas autoridades provinciales, el Gobernador, General (R) Juan Alberto Pita, sus Ministros, el Fiscal de Estado, el Intendente Municipal, Doctor Alberto Troncoso y miembros de su ejecutivo.
En tanto la banda del regimiento ejecuta marchas militares, desciendo del tren y me presento formal y militarmente al General Pita :
– Señor Gobernador, buenos días. El Regimiento 12 de Infantería presente para servicio en Guarnición, sin novedad.
-“Bienvenido a casa.”.
Un silencioso apretón de manos de ambos camaradas sella el calor de la recepción de un pueblo que siente suya la sangre de sus soldados, valiendo por mil palabras.
1500 hs – Formación pública en la plaza de armas de los cuarteles, que preside el Comandante del IIdo Cuerpo de Ejército, General Juan Carlos Trimarco. Está presente, enmarcando la formación, el pueblo todo de Mercedes, portando la imagen de Nuestra Señora.
Presento la Unidad: “Regimiento 12 de Infantería, sin novedad. No forma la Bandera de Guerra de la Unidad; fue quemada en operaciones, por mi orden, para impedir su caída en poder del enemigo ”.
Después de la revista, el Comandante del Cuerpo pronuncia una alocución :
“Habéis cumplido con vuestro deber al demostrar la firme voluntad de defender a la Patria, más allá de lo que fijan las leyes y los reglamentos militares; para ello tuvisteis que librar combate frente a un enemigo que ostentaba el dominio del mar, la superioridad aéreea general y local, la superioridad en movilidad, la superioridad de fuego y la superioridad material y tecnológica. Transportados a las islas con vuestro equipo liviano por modo aéreo, vuestro equipo y armas pesadas quedaron en el continente para ser transportados por modo marítimo, lo que impidió el bloqueo naval ”.“Este glorioso Regimiento tiene muertos, heridos y desaparecidos. Habéis salvaguardado el honor del Ejército Argentino ”.
“Vosotros, combatientes de las Malvinas, habéis cumplido con vuestro deber y sois la representación viva de la soberanía en esas islas, que fueron, son y serán nuestras.” .
El Comandante del IIdo Cuerpo abraza al Soldado José Lafuente, simbolizando en su persona a cada uno de los integrantes del Regimiento.
Innúmeras demostraciones de afecto solidario entre el 20 y el 26 de Junio
26 de Junio
Agradezco públicamente, en las páginas del semanario local “Pay Ubre”, cerrando así uncapítulo de la historia de esta gloriosa Unidad.
“El Regimiento 12 de Infantería “General Arenales” al pueblo de Mercedes.
Nuestra unidad agradece profundamente conmovida la adhesión, solidaridad y apoyo manifestados a su regreso a cuarteles del Teatro de Operaciones del Atlántico Sur (Islas Malvinas).
El Regimiento ofrece a la Santa Vírgen Madre de Mercedes y a su pueblo la sangre derramada en batalla por sus hombres en el cumplimiento de la misión impuesta para salvaguardar la soberanía territorial de la Nación.
Su espíritu de cuerpo, de lucha, de sacrificio, de abnegación y su trascendente sentido del sagrado deber militar han sido sometidos nuevamente a dura prueba, a 167 años de su creación.
Hombres a los 18 años por las vicisitudes de la guerra, asumieron heroicamente, doy fé, la responsabilidad de afirmar frente a enemigo superior en número, material y tecnología, las virtudes militares de sus héroes del pasado que hicieron grande y cubrieron de gloria a la Unidad en el curso de la historia Patria.
El poderío militar del colonianismo inglés superó la capacidad material del Regimiento, pero éste retiene en el corazón de sus hombres, inquebrantables, su voluntad de lucha y el conocimiento de la justicia de su causa. ¡ Viva la Patria !
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