Capítulo IV – La decisión estratégica militar
II Parte – Antecedentes del conflicto
Capítulo IV – La decisión estratégica militar
El incidente de las islas Georgias del Sur
174.
El incidente de las Islas Georgias del Sur, que aparentemente fue el
elemento desencadenante del conflicto, estuvo ligado estrechamente con
una operación comercial privada gestada por un comerciante argentino
llamado Constantino Davidoff, consistente en el desguace de los puestos
balleneros pertenecientes a una empresa británica ubicados en la Isla
San Pedro.
175. El señor Davidoff firmó contrato con la empresa
«Salvensen Limited» de Edimburgo, el cual quedó protocolizado ante el
escribano Ian Roger Frame el 19-SET-79 con vigencia hasta el 31-MAR-83.
En octubre de 1979, el comerciante argentino se puso en contacto con
las autoridades de Puerto Stanley (1), a fin de ponerlas en conocimiento
de la existencia del mencionado contrato y sondear la posibilidad de
alquilar una embarcación para transportar la chatarra obtenida del
desguace de las factorías, a lo cual las autoridades locales se negaron.
176. El próximo paso del señor Davidoff consistió en formalizar una
empresa para la entidad «Islas Georgias del Sur Sociedad Anónima» (en
formación) con dos socios más. Posteriormente, procuró contratar un
transportador que le permitiera observar «in situ»la magnitud y
herramientas necesarias para el trabajo a desarrollar en las factorías
balleneras.
177. Informado nuestro Ministerio de Relaciones
Exteriores de las actividades del señor Davidoff, el Director de
Antártida y Malvinas de dicha Cartera de Estado, Embajador Blanco, elevó
un memorándum con fecha 10-AGO-81 al Subsecretario de Relaciones
Exteriores, por el cual se recomendaba la aprobación de las actividades
de la empresa privada argentina en las Islas Georgias del Sur y se
aconsejaba a la Armada darle su apoyo (Anexo IV/1).
178.
Acordado el traslado de Davidoff y un grupo reducido de gente para
evaluar los trabajos a realizar, el 15-DIC-81 zarpó de Buenos Aires el
A.R.A. «Almirante Irizar». Arribó a Bahía Stromness el día 18-DIC.-81.
179. El Grupo Davidoff permaneció en Puerto Leith durante varias horas,
siendo luego transportado a Ushuaia, desde donde se trasladó a Buenos
Aires por vía aérea.
1.Luego Puerto Argentino.
180. Al regresar a Buenos Aires el señor Davidoff, quien había viajado a
Puerto Leith con autorización de la Embajada Británica en esta Capital,
fue llamado por el Embajador Británico Williams, quien le advirtió que
debía haberse presentado en Grytviken al llegar a la isla San Pedro,
pero el incidente no pasó a mayores.
181. A todo esto el C.O.N.
había iniciado la planificación del asentamiento de un grupo científico
en la isla San Pedro, semejante a lo realizado en las islas Sándwichs
del Sur en 1976.
Al tenerse conocimiento en dicho Comando de la
«Operación Davidoff» se consideró la posibilidad de agregar el grupo
científico (que se denominó «Alfa») aprovechando la permanencia de los
obreros de acuerdo con lo mencionado en el párrafo 177 (Declaración del
VL Lombardo) (Ver Anexo IV/2).
182. El Grupo «Alfa», con un
total de 15 hombres al mando del TN Astiz, permaneció en Tierra del
Fuego afectado a la Campaña Antártica en tarea de adiestramiento y debía
ser trasladado a Puerto Leith a la finalización de ésta.
183.
Las instrucciones para este grupo fueron oportunamente impartidas por la
Jefatura de Operaciones del Estado Mayor Naval (Declaraciones del CL
Otero y CN Trombetta) (Ver Anexo IV/2).
La marcha de los acontecimientos
184. El día 5 de enero de 1982 se realizó una reunión de la Junta
Militar en el Edificio Libertador en la cual se consideró la marcha
general de las negociaciones con Gran Bretaña por el diferendo de las
Islas Malvinas, concluyéndose en adoptar una acción diplomática agresiva
(Ver párrafo 112 del Cap. III). Con respecto a la Operación «Davidoff»,
se resolvió que ella no se realizara antes de la ronda de negociaciones
prevista para fines de febrero de ese año en Nueva York con los
representantes del Reino Unido, a efectos de no dar motivo a éstos para
dificultarla.
185. El señor Davidoff, con el propósito de
trasladarse nuevamente a Puerto Leith a completar el relevamiento de las
factorías, decidió contratar una embarcación privada, lo cual no pudo
concretar por diferencias respecto del costo del viaje. Estas tratativas
se efectuaron con el propietario -y Capitán- de un yate de nombre
«Caimán», de bandera panameña, quien en conocimiento de las
características de los elementos que se encontraban en las factorías,
decidió hacer el viaje en su propio beneficio, en la segunda quincena de
febrero, según quedó registrado en los libros de Grytviken (Anexo
IV/3). El señor Davidoff no se hallaba a bordo, según su propia
declaración, y en esa oportunidad, el «Caimán» realizó los trámites
exigidos por las autoridades británicas de la mencionada localidad de la
Isla San Pedro, invocando el nombre de Davidoff.
186. El día
12 de enero, la Junta Militar había resuelto ordenar la planificación de
la alternativa militar para el caso del fracaso de las negociaciones.
El Plan Esquemático de Campaña que elaboró la Comisión de Trabajo,
encargada del planeamiento, concluyó que la operación de recuperar los
archipiélagos era apta, factible y aceptable y que las FF.AA. estarían
listas para ejecutarla a partir del 15-MAY-82, pero que LA PÉRDIDA DE LA
SORPRESA ESTRATÉGICA, que posibilitaría el refuerzo militar de las
Islas por parte de Gran Bretaña, CONDICIONARÍA LA FACTIBILIDAD Y
ACEPTABILIDAD DE LA OPERACIÓN (Inf. ex Ctes. En Jefe, Cap. I, pág. 18).
187. El 02-FEB-82, la Junta Militar consideró la alternativa de la
Operación «Alfa», concluyéndose que no era conveniente realizarla por el
momento. La oportunidad de su ejecución quedaba supeditada al
asesoramiento del Ministro de RR.EE. Asimismo, se resolvió aplazar
nuevamente el viaje de la empresa «Georgias del Sur S.A. e F» con el
objeto de no xxx las últimas negociaciones conjuntas de Nueva York.
188. A fines de febrero, la empresa «Georgias del Sur S.A.» fue
alertada por Transportes Navales sobre el alistamiento del personal que
sería embarcado el día 11-MAR-82 en el buque «Bahía Buen Suceso», para
su posterior traslado a Puerto Leith. La fecha de zarpada era la
prevista normalmente para el servicio cubierto por dicha Empresa
Estatal.
189. Estas, de acuerdo con lo detallado en el Capítulo
II, párrafos 65 y 66, se efectuaron en un clima cordial, aunque
motivaron que nuestra Cancillería, el día 02-MAR-82, emitiera el
comunicado ampliatorio que concluía con la frase «…la Argentina
mantiene el derecho … de elegir libremente el procedimiento que mejor
consulte sus intereses».
Cabe destacar que en el Reino Unido,
el día 03-MAR-82, luego de tomar conocimiento de los cables procedentes
de la Embajada Británica en Buenos Aires, la Primer Ministro ordenó
preparar «planes de contingencia», ampliando su intención el 08-MAR, al
preguntar al Ministro de Defensa cuánto tiempo le insumiría a los buques
de la flota llegar a las Islas Malvinas, en caso de ser necesario
(Informe Franks, párrafos 152 y 153).
190. El día 09-MAR,
Davidoff presentó en la Embajada Británica en Buenos Aires una nota con
la lista del personal que sería trasladado a Puerto Leith,
cumplimentando así los requisitos impuestos por las autoridades
inglesas. Además, y por iniciativa de la propia empresa, se gestionaron
los certificados provisorios instituidos por la Declaración Conjunta de
Buenos Aires del año 1971 para las personas que viajasen desde y hacia
Malvinas, que fueron entregados por el Ministerio de RR.EE. (Anexo
IV/4).
El 15-MAR, el Canciller y el Jefe del Estado Mayor
Conjunto que la operación «Alfa» debía suspenderse. Esto fue ratificado
el 16-MAR por el COMIL.
191. El «Bahía Buen Suceso» con los
obreros de Davidoff realizó la travesía con destino a las Georgias,
arribando a Puerto Leith el 19 de Marzo de 1982.
192. La
información periodística consignó que los obreros descendieron del barco
y enarbolaron la bandera nacional en un mástil, aunque Davidoff negó
este hecho, aduciendo que cuando sus hombres desembarcaron, la bandera
ya ondeaba en el lugar. Por otra parte, si bien los obreros llevaban una
bandera argentina, ésta se hallaba en el contenedor, en esos momentos
aún a bordo del buque. De cualquier forma, el izamiento de la bandera no
provocó problemas mayores, habida cuenta que la enseña fue arriada poco
después, a pedido del personal británico.
193. Poco más tarde,
personal británico perteneciente al British Antartic Survery (BAS), que
se hallaba observando el desembarco, (4 personas), dieron la novedad al
Jefe de Base de Grytviken, quien informó al Gobernador Rex Hunt en las
Islas Malvinas que un grupo de civiles y militares argentinos había
invadido la Isla San Pedro. (Inf. ex Ctes. – Cap. xxx Pág. 37.
La reacción británica
194.
La respuesta del Foreign Office no se hizo esperar. El día 20 de Marzo
instruyó a Puerto Stanley para que comunicara a Grytviken las siguientes
instrucciones:
a. Los argentinos debían abandonar Puerto Leith y presentarse en Grytviken.
b. Se debía arriar la bandera argentina y no alterar las señales del lugar.
c. No se debía desembarcar personal militar ni emplear armas de fuego.
195. Por su parte, el embajador británico en Buenos Aires expresó al
Embajador Blanco que había recibido órdenes de Londres de presentar un
mensaje conteniendo los siguientes puntos:
a. Los obreros debían abandonar Puerto Leith.
b. Se debían presentar en Grytviken.
c. Se debía arriar la bandera.
d. No se debía interferir en las instalaciones del B.A.S.
1.Luego Puerto Argentino.
e. No se debían alterar las señales.
f. No se debía permitir desembarcar personal militar.
g. No se debía permitir llevar armas a tierra.
El Embajador británico concluyó indicando que Londres consideraba al incidente como MUY SERIO.
196. La respuesta argentina, expresada por medio del Embajador Blanco, expresaba: (Inf. ex Ctes. Cap. I, Pág. 31 y 40).
a. Que el Bahía Buen Suceso no era un buque de guerra sino de
transporte, de características comerciales, y bien conocido por las
autoridades británicas.
b. Que el transporte de Davidoff en ese
buque se debía a la falta de otro medio para llegar a las Islas
Georgias a realizar su contrato.
c. Que el «Bahía Buen Suceso»
saldría de las Georgias el día 21-MAR, una vez finalizado el desembarco
de material, y se dirigiría hacia sus puertos acostumbrados, en la
Patagonia.
d. Que no había personal militar desembarcado, ya
que tampoco lo había a bordo, ni se habían llevado armas de guerra,
contrariamente a lo informado por el B.A.S.
e. Que si hubo manipulación de elementos en tierra, lo había sido a efectos de acondicionar el muelle para la descarga.
f. Que la circunstancia del viaje del buque «Bahía Buen Suceso» y del
personal de Davidoff era bien conocida por el gobierno inglés, a través
de la comunicación que efectuara el citado empresario a la embajada del
Reino Unido en Buenos Aires, y de la que ésta tomó conocimiento previo.
g. Que en el contexto de las negociaciones, según el gobierno
argentino, los hechos de las Georgias no revestían mayor importancia y
se los debía considerar en tono menor.
h. Que algunas de las
aseveraciones de la gente del B.A.S. en cuanto a pertrechos, desembarco
de armas y personal militar, no eran exactas, por lo que se permitía
presumir que otros de los hechos alegados no eran ajustados a la
realidad y habían contribuido innecesariamente a aumentar el tono del
incidente.
197. El Embajador Williams expresó que Davidoff ya
había ido dos veces a Georgias por la «puerta de atrás» (sin pasar por
Grytviken), por lo que se exponía a la rescisión del contrato o a su
arresto, la próxima vez que fuera a la isla San Pedro. Añadió, además,
que el «Bahía Buen Suceso» también había debido pasar por Grytviken.
198. El Embajador Blanco contestó que el buque mencionado cumplía en
forma excepcional ese itinerario, que las actividades de un comerciante
privado no podían influir en la política exterior argentina, e insistió
en no dar trascendencia al episodio aún cuando el Reino Unido debía
recordar que ésa era una zona en disputa que Argentina consideraba
propia. (Inf. ex Ctes. Cap. I página 40).
El Embajador Británico prometió informar a su gobierno y colaborar para disminuir los efectos desfavorables de estos hechos.
199. El día 21-MAR a las 08.30 hs. zarpó de Puerto Stanley (1) el HMS
«Endurance» con 22 «marines» a bordo, con la misión de dirigirse a
Puerto Leith a evacuar a los trabajadores argentinos, si ello era
necesario. De acuerdo con el informe de Lord Franks «se tenía la
intención de llevar a cabo la operación correcta y pacíficamente y con
la mayor moderación posible».
200. Ese mismo día, en el Foreign
Office, el Sr. Fearn informó al Sr. Molteni, Encargado de Negocios de
la República Argentina en Londres, que su gobierno estaba satisfecho con
las explicaciones recibidas y que confiaba en que el «Bahía Buen
Suceso» dejara las islas el día 22 CON EL GRUPO DESEMBARCADO, esperando
que estos hechos no se repitiesen y aclarando que el Reino Unido no
haría, de este incidente, una cuestión mayor.
201. Pero también
el día 21, el Representante del Gobierno Argentino en Puerto Stanley
(1) informó que LAS OFICINAS DE LADE HABÍAN SIDO VIOLENTADAS POR
DESCONOCIDOS durante la noche, y en el interior se había colocado una
bandera británica sobre una argentina y la inscripción «Tip for Tap,
Buggers» (Ojo por ojo, ladrones).
202. El día 22-MAR, siguiendo
instrucciones impartidas por nuestra Cancillería, el Sr. Molteni se
entrevistó en el Foreign Office con el Sr. Fearn, quien agradeció la
rapidez de la reacción argentina y se expresó en términos
conciliatorios, afirmando que su gobierno daba por superado este
incidente y no le otorgaba relevancia, una vez que el buque hubiese
zarpado CON LOS OBREROS A BORDO.
Respecto de esto último, el
Encargado de Negocios argentino replicó que tenía conocimiento de que el
«Bahía Buen Suceso» había partido, PERO IGNORABA LO REFERENTE AL
PERSONAL. El Sr. Fearn concluyó que a esta altura de los sucesos debía
dar un comunicado de prensa a efectos de evitar que la noticia
trascendiese con una difusión no correspondiente con su entidad. El
Sr.Molteni le sugirió, al respecto, HACER UNA MENCIÓN A LA PARTIDA DEL
BUQUE Y A SU CONDICIÓN.
203.Ese mismo día el Foreign Office
emitió un comunicado informando que obreros argentinos habían
desembarcado sin documentación en Puerto Leith, y que el gobierno de
Buenos Aires había dado seguridades que serían evacuados el día
anterior, no habiendo confirmación de esto último.
1.Luego Puerto Argentino.
204. Esa misma tarde, el vespertino «The Standard» de la capital
británica mencionaba en grandes titulares una «invasión argentina a las
Islas Georgias del Sur», pero omitiendo mencionar el incidente de LADE
en Puerto Stanley (1), y que el «Bahía Buen Suceso» había abandonado la
Isla San Pedro el día anterior.
205. En relación con el
comunicado del Foreign Office, Argentina emitió un comunicado de prensa
que informaba que el día 21-MAR el «Bahía Buen Suceso» había abandonado
Puerto Leith hacia otros puertos habituales de su itinerario, LUEGO DE
HABER DESEMBARCADO EN DICHO PUERTO A PERSONAL Y MATERIAL perteneciente a
una empresa privada la cual había celebrado el correspondiente contrato
comercial.
206. En horas de la tarde del día 22-MAR, el
Embajador Williams se comunicó con el Embajador Blanco en la
Cancillería, a efectos de averiguar si se había evacuado al personal de
la Isla San Pedro, a lo cual se le informó que se averiguaría.
Posteriormente, se le confirmó que el personal de tareas aún continuaba
en la isla.
Manifestó, sintiéndose molesto, que esa gente debía
partir inmediatamente por no haber cumplimentado su registro en
Grytviken, contestándosele que, por distintas causas, su evacuación era
muy difícil.
207. La prensa vespertina de Gran Bretaña del día
22-MAR, tanto en sus expresiones escritas como orales y televisivas, dio
amplia difusión al incidente de las Islas Georgias del Sur,
coincidiendo en expresar que se trataba de un acto de «agresión»
premeditado por el gobierno argentino, OMITIENDO NUEVAMENTE MENCIONAR LA
CUESTIÓN DE LAS OFICINAS DE LADE EN MALVINAS. Pudieron observarse,
además, comentarios de varios parlamentarios, en particular de Lord
Carrington, que exageraron el incidente, aparentemente para probar la
utilidad del buque HMS «Endurance», mencionando la «autodeterminación de
los isleños, la invasión de territorio británico y la exigencia de
explicaciones».
208. En este sentido, las declaraciones del
miembro de la Cámara de los Comunes John Stokes fueron especialmente
fuertes, cuando afirmó que no debía dejarse de lado el incidente, AUN SI
LOS TRABAJADORES HUBIESEN ABANDONADO PUERTO LEITH por entonces.
209. El mismo día 23, por la mañana, el Embajador Williams hizo entrega
a nuestra Cancillería de una nota comunicando a la Argentina que los
Ministros habían acordado que el HMS «Endurance» llegaría a Puerto Leith
el 24-MAR A FIN DE DESALOJAR A LOS ARGENTINOS que continuaban allí,
trasladarlos a la Argentina vía Puerto Stanley (1). En la adopción de
estas medidas, esperaban la cooperación del gobierno argentino. La nota
finalizaba anunciando una declaración oficial británica que se haría ese
mismo día ante el Parlamento.
1.Luego Puerto Argentino.
210. Ese día, en el Parlamento británico, se discutió acaloradamente la
cuestión entre los miembros de la oposición y del oficialismo, como
consecuencia de lo cual el Sr. Molteni recibió de manos del Ministro
Fearn la siguiente información:
«1) Que enfrentaba en estos
momentos una difícil situación, de la cual daban pruebas publicaciones
periodísticas de la fecha y el debate parlamentario de la Cámara de los
Comunes, sobre el cual informó por separado.»
«2) Que el
Foreign Office había hecho todos los esfuerzos posibles ayer por la
tarde (22-MAR), para evitar que la prensa sobredimensionara los
acontecimientos en Georgias del Sur, pero ello sólo se había logrado
parcialmente, lo cual contribuyó al alto contenido emocional del debate
en la Cámara de los Comunes luego de la presentación del Sr. Luce.»
«3) Que debido a esta situación y atento a que había quedado en
Georgias del Sur un grupo de diez personas que estaban allí sin
autorización, el gobierno no había tenido otra alternativas que ordenar
al Endurance que evacuara a dichas personas a Malvinas debido a que
interpretábase su presencia como una ocupación argentina.»
«4)
Que el Comandante del buque tenía instrucciones precisas de proceder con
toda cautela a fin de evitar incidentes mayores y que el Foreign Office
haría todos los esfuerzos posibles para evitar la trascendencia de la
noticia y que el desplazamiento del Endurance no había sido mencionado
por el Sr. Luce en el Parlamento.»
«5) Que nuestro gobierno no
había cumplido los entendimientos realizados a través del Embajador
Williams en cuanto a la evacuación del personal.»
211. Al respecto, el Sr. Molteni expresó:
a. Que había estado presente en el Parlamento y que conocía las
reacciones de quienes participaron en el debate, así como los
comentarios del Sr. Luce y que, efectivamente, el clima había sido de
grave emotividad, pero una situación similar no debía descartarse en
Argentina.
b. Que la estadía de las personas por él mencionadas
en Georgias del Sur no merecía la interpretación que le daba el
gobierno británico, ya que ellas estaban cumpliendo un contrato
comercial, cuya existencia era pública.
c. Que las evacuaciones
que Gran Bretaña se proponía llevar a cabo con el «Endurance»
resultarían de consecuencias imprevisibles, y sus repercusiones en
Argentina serían inevitablemente negativas, sumándose a las
consecuencias de los actos lesivos contra Argentina en Malvinas.
212. Estas novedades fueron transmitidas al Embajador Ros en Buenos
Aires, deicidiéndose que el Sr. Molteni se entrevistase nuevamente con
el Sr. Fearn, mientras el Dr. Costa Méndez hacía lo propio con el
Embajador Williams en nuestra Cancillería, donde le expresó que el
gobierno argentino era de opinión que se continuara con las
negociaciones y que no se empleara la fuerza.
213. La reunión
Molteni-Fearn se realizó a las 20.30 hs. de Londres, en la cual el
Foreign Office se notificó de lo expresado por nuestra Cancillería en la
entrevista Costa Méndez-Williams en Buenos Aries, información que había
recibido por vía de la Embajada británica en Argentina. Como
consecuencia de estas actitudes, Lord Carrington DECIDIÓ ORDENAR AL HMS
«ENDURANCE» QUE SE DIRIGIERA MOMENTÁNEAMENTE A GRYTVIKEN Y ESPERARA
INSTRUCCIONES, en lugar de dirigirse a Puerto Leith a evacuar a los
obreros, al punto que solicitaba al gobierno argentino que el «Bahía
Buen Suceso» regresara a Georgias a recoger a los obreros. Debido a que
el gobierno británico se hallaba bajo una intensa invasión política y
periodística, esperaba una urgente decisión de nuestro gobierno.
214. Posteriormente el Foreign Office hizo llegar a la Cancillería
argentina una segunda nota, que confirmaba lo expuesto anteriormente y
que expresaba:
«En vista de los muy fuertes sentimientos que
este incidente ha despertado en el Reino Unido (tal como su Encargado de
Negocios lo habrá comprobado hoy en el Parlamento), es esencial que el
personal argentino que continúa en Georgias del Sur debe ser retirado
sin demora. Si el gobierno argentino es capaz de disponer el retorno
inmediato del «Bahía Buen Suceso»a Leith para recoger y trasladar a
Argentina al personal y equipo que allí continúan -yo estaría en
condiciones para autorizar este procedimiento Y NO VERÍA NECESIDAD QUE
EL HMS «ENDURANCE» ESTÉ INVOLUCRADO.
Si esto no pudiera
hacerse, no tendríamos otra alternativa que la de retirarlos nosotros
mismos. Esperamos entonces que el gobierno argentino pueda darnos tales
seguridades y pueda hacernos conocer, tan pronto como sea posible,
cuándo podemos esperar que el «Bahía Buen Suceso» haya realizado este
cometido.
Nuestro principal objetivo en estos momentos debe ser EVITAR QUE ESTA CUESTIÓN ADQUIERA DESARROLLO Y TRASCENDENCIA POLÍTICA.
Es esencial que nosotros no perdiéramos de vista la primordial
necesidad de asegurar que el clima político adecuado exista para
nuestros esfuerzos mutuos tendientes a resolver la disputa en torno a
las Falklands pacíficamente mediante negociación. Para este fin debemos
procurar conducir el actual problema tan cuidadosa y prudentemente como
sea posible.»
(Nota: La transcripción en letras mayúsculas fue realizada por esta Comisión).
215. El día 23-MAR en horas de la noche, la cuestión fue debatida por
primera vez en la Cámara los Lores. El tratamiento que se dio al
problema, si bien más mesurado que el observado en la Cámara de los
Comunes, estuvo caracterizado por la importancia que sele asignó al tema
(concurrieron el ex premier ministro Callaghan y el líder alterno de la
oposición laborista Healy) y por las críticas que ambas bancadas
hicieron al Foreign Office.
La decisión de la Junta Militar
216.
El día 23-MAR, el Comité Militar se reunió a partir de las 09.30 hs. en
el Edificio Libertad. Estuvieron presentes, además de los miembros de
la Junta Militar, el Jefe del Estado Mayor Conjunto.
Ulteriormente, arribó el Canciller. El acta correspondiente se adjunta como Anexo IV/5.
217. Durante la reunión se dio el nombre de «Azul» a la futura
operación para la toma de Malvinas y se trató el tema de las islas
Georgias del Sur, así como también algunos aspectos referentes a la
planificación ya iniciada de la alternativa militar. Además, se le
dieron al Canciller las siguientes instrucciones:
«Continuarán las conversaciones y negociaciones con el Embajador Británico con el concepto de prolongarlas en el tiempo».
218. Al considerar el problema producido por los hombres de la Empresa
«Las Georgias el Sur S.A.» en Puerto Leith, se tuvieron en cuenta los
siguientes modos de acción:
a. Proteger al personal argentino.
b. Interceptar al HMS «Endurance» para»:
1.Evitar que arribara a Puerto Leith y procediera a la evacuación el
personal argentino. 2.Evitar que llegar a Puerto Stanley (luego Puerto
Argentino), con el personal evacuado.
c. Destacar a Puerto Leith el buque A.R.A. «Bahía Paraíso» que se encontraba en esos momentos en las Islas Orcadas del Sur.
219. Ulteriormente, al arribar el Canciller a la reunión, se llegó a la siguiente decisión:
a. Enviar inmediatamente el «Bahía Paraíso» a Pto. Leith, tratando de que llegara antes de cualquier evacuación y la impidiera.
b. Si los trabajadores ya habían sido evacuados por el HMS «Endurance»,
no efectuar ninguna acción de interceptación para no dar pie a un
incidente bélico.
220. Al considerarse las intenciones
británicas, se concluyó que existía un evidente intento de exagerar el
incidente, por una considerable presión de los isleños sobre el
Parlamento y el gobierno británico. Por consiguiente, el Comité Militar
resolvió:
a. Continuar las conversaciones con el embajador
británico, a fin de evitar una inmedita acción militar del gobierno del
Reino Unido.
b. Si el Embajador Williams insistía en un
desalojo inmediato, habría que hacerle notar la gravedad del hecho y las
consecuencias que podría acarrear.
c. Llevar el tema del incidente a las futuras negociaciones sobre las Malvinas.
221. Por su parte, el Canciller fue autorizado a emitir un segundo
comunicado de prensa, donde debía especificar el carácter privado del
contrato de la Empresa «Georgias del Sur S.A.», aclarando, además, que
el señor Davidoff había cumplido con un viaje similar en diciembre de
1981 y que la Embajada británica en Buenos Aires tenía pleno
conocimiento del viaje que, por otra parte, había autorizado.
222. El día 24-MAR se recibió en Buenos Aires una información de Londres
que daba particulares detalles de las discusiones en el Parlamento, el
día anterior. Sorprendió por sus alcances lo expresado en su discurso
por el señor Luce (Ver Anexo IV/6), quien hizo especial hincapié en los
siguientes aspectos:
a. El compromiso del gobierno británico para apoyar o defender a los isleños y SUS TERRITORIOS con toda su capacidad.
b. La imposibilidad de que hubiese algún cambio en las islas sin el
consentimiento de los isleños. SUS DESEOS ERAN PRIMORDIALES. Además, no
se haría nada sin el consentimiento de esa Cámara.
c. La existencia de una FUERZA BRITÁNICA en el área, ADEMÁS DEL «ENDURANCE».
223. El Embajador Williams fue notificado por el Canciller Costa
Méndez, que los trabajadores NO SERÍAN RETIRADOS DE PUERTO LEITH, NI SE
PERMITIRÍA SU EVACUACIÓN POR LA FUERZA. El Embajador argumentó que los
obreros podían trasladarse a Grytviken para legitimar su presencia,
colocando, eventualmente, un sello que registrara su ingreso a la Isla.
224. En su declaración, el Doctor Costa Méndez expresó textualmente:
«Yo estaba inclinado a eso y prácticamente había aceptado, y tanto
había aceptado, que eso fue a Londres y vino una comunicación de
Carrington diciendo, bueno, si eso se hace la cosa puede andar bien.»
Sin embargo, esto no pasó de una intención, ya que el mismo Canciller aclaró:
«¿Pero qué pasó? En una segunda reflexión llegamos a la conclusión de
que eso equivalía a debilitar la posición, es decir, que aceptaríamos el
sello -y ahí nos quedamos empantanados. Si en lugar de ir nosotros,
salir e ir a Grytviken, viniera gente de Grytviken a Leith y ahí se
planteó una de esas cosas, realmente -con perdón de la palabra-
malditas, que se presentan muchas veces en una negociación. Los ingleses
querían que saliéramos. En el fondo, el tema de la tarjeta no les
importaba nada. Lo que los ingleses querían era anunciarlo. Ellos habían
comprometido con el Parlamento la salida de los obreros de Leith.
Entonces, van a Grytviken y vuelven. Entonces, no han salido, dicen».
Esas cosas tan inglesas. «Salieron y ahora sí han entrado con las cosas
firmadas». Es decir, que ellos salvan el escrúpulo; más que el
escrúpulo, la comedia».
225. En su informe, los Comandantes
(Capítulo II, pág.55), expresaron que el Doctor Costa Méndez indicó
Williams que los certificados no requerían ningún sellado y que todo se
podría arreglar encuadrando el ingreso de los obreros dentro del Acuerdo
de Comunicaciones de 1971.
226. Informado del tema el Doctor
Roca en las Naciones Unidas, se le pidió que buscara la opinión de los
EE.UU. dado que la cuestión se estaba agravando a cada momento. Al
consultar al respecto a la Embajadora Kirpatrick, ésta respondió que
descartaba la posibilidad de que los ingleses recurrieran al foro de la
ONU para resolver el problema (Anexo IV/7).
227. Ese mismo día,
23-MAR, se recibió de Londres la versión de la presentación del señor
Wiggin, Subsecretario de Estado de Defensa, durante un debate en el
Parlamento, en el cual expresó que: «eta guarnición (Atlántico Sur) está
normalmente apoyada por el HMS «Endurance» y EN EL FUTURO SERÁ APOYADA
POR OTROS BARCOS DE LA ROYAL NAVY», mencionando, además, el interés
estratégico del área y la posibilidad de la creación de unas OTAS
(Organización del Tratado del Atlántico Sur).
En nuestra Cancillería, en tanto, se recibió una nota de Lord Carrington, expresando:
«Los trabajadores están ilegalmente. Debe quedar perfectamente en claro
que esta situación no ha derivado de nuestra iniciativa.
La
han provocado la acción irresponsable de Davidoff y la aparente
incapacidad del gobierno Argentino para tomar las acciones necesarias».
228. Lo que sin embargo impresionó más el día 25-MAR, fue la recepción
de una información con respecto a un texto moción presentado el día 24
DE MARZO en la Cámara de los Comunes. El cable 656 de Londres
retransmitió el mismo texto:
«Título del texto moción: LAS ISLAS FALKLANDS. Se pide:
Que esta Cámara, estando sumamente preocupada por las implicaciones
evidentes como resultado el desembarco de un grupo de personas en las
Georgias del Sur -dependencia de las Islas Malvinas- llevado allí por un
barco de transporte naval argentino, pide al gobierno de su Majestad
que dé todas las seguridades de que SE MANTENDRÁ EN ESTACIÓN EN EL ÁREA
UNA FUERZA DE LA MARINA REAL LO SUFICIENTEMENTE FUERTE COMO PARA REPELER
CUALQUIER INTENTO DEL GOBIERNO ARGENTINO DE ANEXAR ESTA COLONIA
BRITÁNICA A LA FUERZA. Además, pide al gobierno de su majestad que
declare en términos inequívocos que la soberanía de las Islas Malvinas
no será transferida a ningún gobierno extranjero, a menos que así lo
pidan los isleños por medio de un referendo».
229. Los
parlamentarios adherentes a este proyecto superaron los 58 en el primer
día de haberse inscripto el tema, lo cual tomó inmediato estado público
en la prensa británica.
230. En Buenos Aires, el señor Davidoff
hizo pública la historia de su contrato, la validez de los documentos y
la información que proveyera a la Embajada británica antes de zarpar
(Anexo OV/8).
231. El día 24-MAR se reunió nuevamente el Comité
Militar en el Edificio Libertador, a efectos de analizar nuevamente el
incidente Georgias, resolviéndose: (Anexo IV/9)
«a. El Gobierno no retirará a los ciudadanos argentinos que fueron a trabajar a Georgias.»
«b. Desembarcar el Grupo del A.R.A. Bahía Paraíso para proteger al
personal que está en Leith e impedir que sean reembarcados por el
Endurance.»
«c. Si el Endurance reembarca al personal argentino
y los lleva a Malvinas, se analizará la situación antes de ordenar la
interceptación con las corbetas.»
En ese día, el Embajador
británico se entrevistó tres veces con el Canciller y recibió la
información de que LOS TRABAJADORES NO SERÍAN RETIRADOS de Puerto Leith,
y no se permitiría su evacuación por la fuerza.
El Embajador
propuso la alternativa «que se traslade a los obreros a Grytviken TODOS
JUNTOS O POR TANDAS para legitimar su presencia»(sellados).
El Canciller manifestó que «no era necesario» por el Acuerdo de Comunicaciones de 1971 (Pág.55 del Informe de los Comandantes).
232. En esa misma reunión del 24-MAR y teniendo en cuenta las
informaciones provenientes de Londres, durante las últimas 48 horas, se
resolvió que el día 26-MAR, el Comandante del Teatro de Operaciones
Malvinas expusiese ante el COMIL las fechas más tempranas y aceptables
para considerar la ejecución e la operación «Azul».
(Ver
información de los ex Ctes. Cap.II Pág.56). ESTA DETERMINACIÓN SE
CONSTITUYÓ ASÍ EN EL PRIMER INDICIO VISIBLE DE QUE SE ESTABA DECIDIENDO
LA TOMA DE LAS ISLAS MALVINAS EN UNA FECHA ADELANTADA CON RESPECTO A LAS
PREVISIONES REALIZADAS HASTA ESE MOMENTO.
233. El día 25-MAR,
Lord Carrington insistía en la exigencia de trasladar a Grytviken a los
obreros para legalizar su situación, explicando que éste era el último
esfuerzo inglés para evitar un enfrentamiento inevitable. Por medio del
Embajador Williams, se le insistió en los mismos términos mencionados en
el párrafo 231 y que no se podría negociar bajo la presión de un buque
de guerra, ni bajo la amenaza de expulsión de la publicidad exagerada,
tanto de fuentes oficiales como privadas británicas. Finalmente, se le
notificó que el «Bahía Paraíso» se encontraba en la zona para proteger a
los obreros en territorio que Argentina consideraba como suyos (Anexo
IV/10).
234. En otro orden de novedades, se recibió la
información de que la Guarnición Malvinas iba a ser reforzada con una
dotación de «marines»que habían sido embarcados en navío RRS «John
Biscoe» en Montevideo, el día 24, y que el navío RRS «Bransfield» había
zarpado de Punta Arenas el día 25, con destino a Puerto Stanley (1).
235. El día 26-MAR a las 19.15 horas, se reunió el Comité Militar en el
Edificio Libertador, a efectos de analizar los acontecimientos
referidos a las Islas Georgias del Sur, considerándose las siguientes
circunstancias no incluidas en el Acta: (Cap.I, pág. 62 del Informe ex
Ctes).
a. La evidente intención del gobierno inglés de reforzar las Islas Malvinas.
b. La arbitrariedad en el manejo del incidente Georgias por parte de Gran Bretaña.
c. El intento de exagerar el conflicto al máximo para justificar un
pedido de CONGELAMIENTO DEFINITIVO DE TODA CONVERSACIÓN SOBRE LA
SOBERANÍA DE LAS ISLAS.
d. La insistencia no cuestionada en el
Parlamento británico en el derecho de autodeterminación de los isleños,
junto con el pedido de establecimiento de una flota y tropas para la
defensa de ese territorio «autónomo» .
e. El envío el «Biscoe» y «Bransfield» y la actitud bélica del «Endurance».
Luego Puerto Argentino.
236. Lo expresado en el párrafo anterior puede ser analizado en la siguiente forma:
a. La evidente intención del gobierno inglés de reforzar las Islas
Malvinas se vió respaldada por el parlamento y la prensa inglesa, donde
recrudecieron los pedidos de reforzar Malvinas y enviar buques de la
flota. Estos pedidos, por otra parte, ya habían aparecido a raíz de la
publicación del Comunicado de RR.EE. del 02-MAR y debían atribuirse,
entre otros, a la insistencia de los representantes de los «Kelpers», de
la FIC (1) y en forma indirecta, de la Royal Navy.
Lo que no
resultó tan evidente fue que esos refuerzos se llevaran a cabo, en la
magnitud que luego se hizo, si el conflicto de las Georgias se hubiera
resuelto diplomáticamente, pues no podía olvidarse la existencia de un
plan británico en marcha, que debía cumplirse en breve plazo, para la
reducción de las fuerzas navales de superficie.
b. La supuesta
arbitrariedad en el manejo del incidente Georgias por parte de Gran
Bretaña fue una afirmación que no se ajustó TOTALMENTE a la realidad
debido a que ha de reconocerse que también la hubo del lado argentino.
Si el señor Davidoff, CON CONOCIMIENTO DE LAS AUTORIDADES ARGENTINAS,
efectuó sus gestiones ante la Embajada Británica en Buenos Aires para el
ingreso a las islas Georgias, nuestro país admitió en la oportunidad
que si bien eran éstas territorio que reclamaba como propio, estaban, de
hecho, en poder de Gran Bretaña y ella ejercía su autoridad en dichas
Islas.
Si el Ministerio de RR.EE. entregó a cada uno de los
obreros el «Certificado Provisorio»(Tarjeta Blanca) establecido en la
Declaración Conjunta de 1971, tácitamente, que las Islas estaban en
poder de Gran Bretaña, al procederse en forma similar a lo que se hacía
en las Islas Malvinas. Debe recordarse que dicho certificado se
establecía que debía presentarse cada vez que fuese solicitado.
La inclusión de este punto b. en el análisis en cuestión debe
atribuirse al posible desconocimiento por parte de los miembros de la
Junta Militar de las disposiciones establecidas en la Declaración
Conjunta, situación que puede imputarse a un inadecuado asesoramiento
del Canciller, como aparece en las respectivas declaraciones.
La inclusión de las Islas Georgias del Sur dentro de los alcances del
Certificado Provisorio habría sido conveniente para Argentina, ya que
hubiese incluido a este archipiélago dentro de lo estipulado en el
Acuerdo de Comunicaciones del año 1971, según lo reconoció el Doctor
Costa Méndez en su declaración, lo cual no fue oportunamente advertido
por él. De allí que Gran Bretaña de hecho convalidaba el uso de la
tarjeta blanca para Georgias, la que no figuraba explícitamente en el
Acuerdo a comienzos de 1971.
1.Falkland Islands Company.
c. El intento de exagerar el conflicto al máximo para justificar un
pedido de CONGELAMIENTO DEFINITIVO DE TODA CONVERSACIÓN POR LA SOBERANÍA
DE LAS ISLAS es una apreciación que no surge tan clara de los hechos,
salvo la declaración o proposición de congelar definitivamente las
negociaciones, que se observaba en los debates del Parlamento Británico.
De haber sido así, lo conveniente hubiese sido disminuir la tensión
para descolocar la posición británica de negativa a la negociación.
d. La insistencia -no cuestionada por el Parlamento Británico- en el
derecho de autodeterminación de los isleños, junto con el pedido de
establecimiento de una flota y tropas para la defensa de ese territorio
«autónomo», eran principios sustentados desde tiempo atrás por sectores
interesados británicos.
e. El envío del «Biscoe» y
«Branfields», la actitud bélica del «Endurance» y la amenaza inicial de
retirar de Puerto Leith a los obreros por medio de esta última nave,
fue, sin duda, una actitud bélica; pero este buque se encontraba
demorada en Grytviken desde el 23, por orden de Lord Carrington, a la
espera del resultado de la negociación (Cable 639 del Encargado de
Negocios en Londres).
Por otra parte, ese mismo día 23 se envió
a Puerto Leith al Bahía Paraíso con la orden de desembarcar un grupo de
I.M. y de proteger a los obreros.
237. Luego de lo indicado en el párrafo 235, el COMIL (Informe ex Ctes Jefe – Cap. II, pág. 11), llegó a la conclusión que:
«La voluntad de utilizar el incidente Georgias para justificar una
presencia naval británica en el Atlántico Sur, acompañada por una
actitud NO NEGOCIADORA, pone en peligro la propia posición negociadora
argentina».
238. Aparecía aquí la idea de la «Operación
Militar» ya prevista, cuya factibilidad hubiese quedado anulada si Gran
Bretaña concretaba una presencia naval en el Atlántico Sur (por lo menos
en el corto plazo, es decir, durante la gestión de los entonces
integrantes de la Junta Militar). Sin embargo, no se consideró la
posibilidad de resolver el conflicto de las Georgias por vía de la
negociación, que impediría a Gran Bretaña utilizar tal conflicto para
justificar dicha presencia naval.
239. El 26-MAR-82, la Junta Militar consideró formalmente distintos modos de acción como:
a. Continuar las negociaciones con Gran Bretaña.
b. Someter el caso ante el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas.
c. Ocupar las Islas (Malvinas).
Luego de un rápido análisis decidió adoptar el modo de acción c., esto es:
OCUPAR LAS ISLAS
Con este fin se consultó a la Comisión de Trabajo, que estableció como
posible fecha más próxima la que mediaba entre el 01 y 03 de Abril.
240. Si bien en el Informe de los ex Comandantes en Jefe no apareció el
asesoramiento del Canciller en la toma de la decisión de «ocupar las
Islas», este asesoramiento existió, por cuanto en su declaración, aquél
manifestó:
«ESTUVE DE ACUERDO con la decisión de la Junta
Militar y no manifesté oposición porque en ese momento NO VEÍA NINGUNA
SOLUCIÓN al conflicto de Georgias por otra vía que NO FUERA LA OCUPACIÓN
DE MALVINAS, PARA NEGOCIAR INMEDIATAMENTE».
241. Este apoyo
del Canciller a la decisión de la Junta Militar se basó en la
apreciación efectuada en RR.EE., cuya conclusión determinó que en ese
momento «NO HABÍA UNA OPCIÓN MEJOR».
Las acciones consideradas en dicha apreciación fueron:
a. NEGOCIAR DIRECTAMENTE CON GRAN BRETAÑA: Era muy difícil pues existía
un «ULTIMATUM» británico con el envío del Endurance (ya se han
mencionado las alternativas relacionadas con este hecho en el párrafo
236).
Había muchas negociaciones con Gran Bretaña que no avanzaban.
Además, existía una información del Encargado de Negocios en Londres
sobre «querer alargar las negociaciones» para poder armar la defensa de
las islas y estar mejor preparados para cualquier conflicto.
b.
O.N.U.: No era una opción válida. Se necesitaba tiempo para afirmar
nuestra posición y, además, la O.N.U. no intervendría si no había
agresión (Poco después debió recurrirse a esta Organización).
c. O.E.A.: estaba excluida, porque naturalmente Gran Bretaña no iba a admitir la intervención de un Organismo Regional.
d. MEDIACIÓN: Era la opción que más nos interesaba y que luego se
sugirió (30-MAR) al Embajador de los EE.UU. en Argentina, siempre que el
problema a tratar fuese el de todas las Islas. El mediador por
excelencia debía ser EE.UU., puesto que era el único capaz de obligar a
Gran Bretaña a entrar seriamente en negociaciones.
La Cancillería analizó (Anexo IV/11) las características de una posible mediación de EE.UU. y alertó sobre los riesgos.
Además, EE.UU. concurriría a la mediación con un presupuesto básico:
que su gestión no iría más allá de la estabilidad del gobierno de la
señora Thatcher. A partir de allí, ingresaría en el conflicto como
aliado de Gran Bretaña.
Aceptar esta mediación implicaba
aceptar un máximo posible: aquellos que EE.UU. consideraba adecuado
antes de dar su apoyo a los británicos. Si se piensa que esta
especulación era de conocimiento de Gran Bretaña, se comprenderá mejor
POR QUE ESTA NO MANIFESTÓ NINGÚN INTERÉS SERIO EN LAS NEGOCIACIONES.
242. La decisión de ocupar las Islas Malvinas tenía por objeto: (Informe ex Ctes en Jefe, Cap. II, pág. 53)
a. AFIRMAR Y DEFENDER la posición argentina en Georgias.
b. IMPEDIR que Gran Bretaña militarizara las Islas y estableciera un sistema de defensa naval y aéreo en ellas.
c. IMPEDIR el refuerzo e la posición británica en la zona, ya que esto
incidiría en forma negativa sobre los derechos, estrategias, posiciones y
objetivos de Argentina en el Atlántico Sur y en Antártida.
d. ACTIVAR las negociaciones y MEJORAR la posición negociadora Argentina.
243. Esta decisión no resiste un análisis lógico, pues la acción de
«ocupar las Islas» no resultaba APTA por sí sola para cumplir con el
ambicioso propósito enunciado anteriormente.
Si ella hubiera
sido la de «Ocupar y Mantener», podría haber sido apta. Sin embargo, era
preciso realizar una Apreciación Estratégica Militar completa, con un
análisis exhaustivo de las capacidades propias del enemigo, los factores
de poder y debilidad, etc., a fin de poder determinar la FACTIBILIDAD
de dicha acción.
244. En la DEMIL 1 se incluyeron estos xxx en
forma muy somera, más bien parecía querer cumplirse con un formulismo
doctrinario más que hacer un análisis de la FACTIBILIDAD y, sobre todo,
la ACEPTABILIDAD, que habría significado mantener la ocupación de las
Islas (Este análisis fue realizado con más detalle en el Capítulo III).
Debe reconocerse que esta DEMIL estuvo elaborada en forma apresurada y fue aprobada el mismo 26-MAR.
245. Lo concreto consistió en que nunca se pensó en una reacción
militar británica de la magnitud que ésta tuvo en definitiva. Los ex
Comandantes en Jefe lo pusieron de manifiesto (Cap.II pág.2) al asentar
el «Concepto de la Operación»que dice:
«La ocupación de las
Islas NO TENÍA como propósito INICIAR UNA ESCALADA BÉLICA, ni dar por
terminadas las negociaciones, ya que ésa no era la medida más aceptable
para el logro del objetivo político».
246. A su vez, en el Cap. I, págs. 65/66, han señalado:
«Analizadas las capacidades del enemigo (EMC), factores de fuerza y
debilidades de Gran Bretaña, resultaba evidente que LUEGO DE LA
OCUPACIÓN DEBÍA ENCAMINARSE EL PROCESO HACIA UNA NEGOCIACIÓN».
«MANTENER UNA GUARNICIÓN ESPECIAL REDUCIDA, hasta llegar a un ACUERDO
NEGOCIADO con Gran Bretaña, no hará necesaria UNA GRAN PRESENCIA DE
FUERZAS».
(Esto último contradice el propósito de la ocupación enunciado anteriormente: Consolidar, defender, impedir y activar.)
247. La decisión de «Ocupar las Islas Malvinas» fue tomada porque ya
existía, desde diciembre de 1981, la idea de que para llegar a
negociaciones exitosas con Gran Bretaña iba a ser necesario hacer uso
del poder militar. La decisión se adoptó con rapidez puesto que ya
estaba planeada la ocupación, lo que permitía cumplir la etapa inicial.
Pero nunca se planificó cómo defender las Islas una vez ocupadas.
En definitiva, la decisión, que se mantenía latente, estuvo influida
por aspectos políticos particulares, tal, por ejemplo, la conveniencia
de producir una circunstancia significativa que revitalizara el Proceso
de Reorganización Nacional (sin juzgar éticamente esta consideración)
(1), unida también a la poco manifiesta vocación negociadora de Gran
Bretaña. Esta decisión se conformó, casi definitivamente, el 23-MAR,
cuando la Junta Militar pudo minimizar el hecho Georgias si hubiera
tenido auténtica intención de hacerlo, e hizo eclosión el 26-MAR, cuando
la Comisión de Trabajo estableció (muy posiblemente presionada por los
hechos y por la casi descartada posibilidad, por parte del COMIL, de una
considerable reacción británica), que las fecha más próxima en que la
operación AZUL podía realizarse mediaba, alternativamente, entre el 01,
02 ó 03 de Abril.
Ese mismo día, en la reunión del COMIL (Acta Nro. 4), se impartieron instrucciones al Canciller (Anexo IV/12):
a. Demorar la contestación al Embajador Británico TODO LO POSIBLE.
b. No ofrecer ninguna propuesta del Gobierno Argentino, en la
contestación, y manejar la situación diplomática para llegar al día
jueves 01, viernes 02 o sábado 03, sin inconvenientes.
Se impartieron también instrucciones a las Fuerzas Operativas.
248. El 28-MAR, el Doctor Costa Méndez entregó al Embajador Williams un
mensaje para Lord Carrington, con la propuesta de negociar la soberanía
argentina sobre los Archipiélagos en disputa, y le manifestó aquél que
esos incidentes ERAN CONSECUENCIA DE LA ACTITUD DE GRAN BRETAÑA.
Mientras tanto, en el parlamento británico existía concordancia -por
parte de todos los sectores- en calificar el incidente de Georgias del
Sur COMO UN INTENTO DELIBERADO DE LA ARGENTINA PARA DESAFIAR LA
SOBERANÍA BRITÁNICA.
La toma de Malvinas
249.
Obtenida de la Comisión de Trabajo la confirmación de que las FF.AA.
podían realizar la operación de ocupar las Islas Malvinas a partir del
día 01-ABR como fecha más temprana, la Junta Militar ordenó formalmente
la ejecución de la Operación «Azul» en reunión del Comité Militar Nro.
4/82, del día 26-MAR-82, fijándose el día «D» el 01-ABR (en horas
nocturnas) con flexibilización al día 02 ó 03 de dicho mes.
1.El General Galtieri despidió al Doctor Roca el día 16-FEB,
diciéndole: … «voy a tomar Malvinas…» (Ver declaración del Dr.
Roca).
250. Se constituyó así la Fuerza de Tareas Anfibia
Nro. 40 bajo el Comando del Contraalmirante D. Walter O. Allara. Esta
Fuerza estaba integrada por los siguientes componentes:
a. La
Fuerza de Desembarco se integró con el Batallón de Infantería Nro. 2
(BIM 2), una Agrupación de Comandos Anfibios, una Sección de Tiradores
del Ejército, un Grupo de Comandos Anfibios y una Reserva.
b.
Un grupo de Transporte, con el Buque de Desembarco de Tropas A.R.A.
«Cabo San Antonio», el Rompehielos A.R.A. «Almirante Irizar» y el buque
Transporte «Isla de los Estados».
c. Un Grupo de Apoyo, Escolta
y Desembarco, formado por las Fragatas Tipo 42 A.R.A. «Hércules» y
«Santísima Trinidad», más las Corbetas A.R.A. «Drumond» y «Granville».
d. El Grupo de Tareas Especiales, constituido por un Submarino Clase «Guppy» (ARA «Santa Fe»).
251. Las naves habían zarpado de sus apostaderos el día 28-MAR,
hallándose a bordo del A.R.A. «Santísima Trinidad», de acuerdo con lo
resuelto por el COMIL, el Comandante del Teatro de Operaciones Malvinas,
General de División D. Osvaldo J. García. Debido a las malas
condiciones meteorológicas, la operación se demoró 24 horas, respecto de
su fecha más temprana. La Fuerza de Tareas quedó dispuesta para el
asalto final el día 1-ABR, a última hora.
252. La misión de la
Fuerza de Tareas establecía la reducción de la resistencia armada de la
Isla, constituida por 68 Infantes de Marina del Destacamento de la
Marina Real NP 8901, más algunos irregulares voluntarios pertenecientes a
la población local, la ocupación de Puerto Stanley (1), la toma del
aeródromo para permitir el abastecimiento de las Islas con medios aéreos
propios, y la instalación de un Gobierno Militar Argentino en el
archipiélago (Ver Anexo IV/14).
253. A las 00.30 horas del día
02-ABR se inició el desembarco en la zona de Puerto Enriqueta, 4 Km al
S. de la capital de las Islas, donde los Comandos Anfibios de la Armada
iniciaron su marcha hacia las barracas de los «marines» británicos en
Moody Brook.
Tres horas más tarde hacían lo propio los buzos
tácticos desembarcados del Submarino A.R.A. «Santa Fe» en las
proximidades del Cabo San Felipe, con la tarea de tomar el faro de ese
lugar y preparar el desembarco del Transporte «Cabo San Antonio». Este
buque desembarcó en la Playa «York» al BIM 2 y tropas del RI 25, los que
debían tomar el aeropuerto y avanzar hacia Puerto Stanley (1) en un
movimiento de pinzas que convergía sobre Government House, desde el E,
mientras los buzos tácticos lo hacían desde el O.
254. La
maniobra resultó exitosa, ya que hubo solamente una débil resistencia,
la cual se tradujo en tres bajas propias, aunque no se infringió ninguna
baja al enemigo, tal como lo establecieron los criterios operacionales
impuestos por el COMIL. El cese del fuego y la rendición del Gobernador
Hunt se realizó a las 09.15 horas, ante el General de División García.
255. Durante el resto del día se completó el desembarco administrativo
de medios y pertrechos, incrementado por el puente aéreo que se inició a
las 07.00 horas, luego de haberse completado el despeje de los
obstáculos existentes en la pista.
256. En horas de la noche,
habiéndose completado las fases del alistamiento, despliegue,
desembarco, asalto y consolidación del objetivo previsto en el Plan de
Operaciones, se inició la fase de reembarco de los efectivos
comprometidos, de acuerdo con la Resolución prevista en la DEMIL Nro.
1/82.
257. Esta fase fue interrumpida en su ejecución debido a
la orden impartida por la Junta Militar al recibir ésta las primeras
informaciones de que Gran Bretaña estaba dispuesta a enviar una
considerable Fuerza de Tareas Naval para recuperar las Islas.
La toma de las islas Georgias del Sur
258.
Antes de eso el día 23-MAR-82, el Comité Militar, ante los
acontecimientos que se venían desarrollando en relación con el
desembarco de un grupo de obreros en Puerto Leith (ver párrafos 174 a
215 de este Capítulo) y la consecuente reacción británica, resolvió
enviar al Buque A.R.A. «Bahía Paraíso» con el Grupo «Alfa» a Puerto
Leith, para impedir que los obreros fuesen evacuados por el HMS
«Endurance», al momento en navegación hacia dicho puerto, con 22
Infantes de Marina a bordo.
259. En esa misma reunión del
COMIL, se resolvió que el Comando de la Operación Georgias, hasta el
momento asignado al Jefe del Estado General Naval, hasta el momento
asignado al Jefe del Estado Mayor General Naval, fuese transferido al
Gral. de División García, a efectos de mantener bajo un Comando único a
las dos operaciones («Azul» y «Georgias»).
260. El día 24 a las
23,40 horas, el A.R.A. «Bahía Paraíso» llegó a la Bahía Stromness y
poco después desembarcó el Grupo «Alfa» que se instaló junto a los
obreros de la Empresa «Islas Georgias del Sur S.A.».
261. Las
novedades indicaban que la situación se iba agravando paulatinamente, ya
que, además del mencionado buque HMS «Endurance» el día 24-MAR, había
zarpado de Montevideo el RRS «John Biscoe», con infantes de marina de
refuerzo para la guarnición Malvinas.
El día 25-MAR, desde
Punta Arenas, partía el RRS «Bransfield» también con el mismo destino.
El «Endurance», mientras tanto, se encontraba en el área de la Isla San
Pedro, con instrucciones de dirigirse a Puerto Leith a evacuar a los
obreros argentinos y ejecutar una presencia naval en la zona.
Sus órdenes fueron cambiadas luego por el Foreign Office, a fin de
evitar un enfrentamiento mayor con el A.R.A. «Bahía Paraíso», que se le
había adelantado, y fue así dirigido a Grytviken, donde debería esperar
nuevas directivas.
262. Ante las novedades descriptas en el
párrafo anterior, se resolvió que era necesario reforzar la Guarnición
Georgias, por lo cual se ordenó a la Corbeta A.R.A. Guerrico, que se
hallaba en reparaciones en dique, su alistamiento inmediato para cumplir
una misión especial, trasladando, además, una fuerza de Infantería de
Marina de 40 hombres.
263. En Grytviken, el «Endurance» había
desembarcado a 22 «marines» y se había alejado de la zona, quedando,
además, 13 civiles pertenecientes a «British Antartic Survey», que
constituían la población semi-permanente de la Isla.
264. La
Corbeta abandonó Puerto Belgrano el día 29 de marzo con 40 Infantes de
Marina a bordo, y juntamente con el «Bahía Paraíso» y el Grupo «Alfa»
formarían el Grupo de Tareas 60.1. La Corbeta recibió sus órdenes el día
01-ABR. Y, debido a los fuertes temporales que azotaban el Atlántico
Sur, recién consiguió arribar a la zona de la Bahía Cumberland (isla San
Pedro), a las 17.00 horas del día 02-ABR., es decir, cuando el mundo ya
había tomado conocimiento de que las FF.AA. Argentinas habían
recuperado las Islas Malvinas.
265. Debido a que las
condiciones meteorológicas y lo avanzado de la hora impedían realizar la
tarea de tomar Grytviken en esos momentos, el CN Trombeta, a cargo del
Grupo de Tareas, resolvió demorarla para el día siguiente, informando
por radio al Jefe de Base del «British Antartic Survey» la transmisión
de un mensaje importante a recibir en la primera hora del día 03-ABR.
266. A las 10.00 horas del día 03-ABR, se solicitó al Jefe de Base del
B.A.S. su rendición, atento a que el Gobernador Hunt había hecho lo
propio en Malvinas, y a fin de evitar problemas mayores. El Jefe de Base
informó que su Gobierno le había ordenado resistir, y solicitándole no
hacer uso de la fuerza, pues en ese caso él perdería autoridad como
Comandante Civil y los «marines» se harían cargo de la resistencia.
267. Teniendo en cuenta que en el Consejo de Seguridad se estaba
desarrollando una reunión para considerar el proyecto de la Resolución
502, solicitada por el gobierno británico, el CN Trombeta decidió no
esperar más tiempo, ya que se hallaba ante maniobras dilatorias por
parte de los defensores, y ordenó el desembarco de la dotación del Grupo
de Tareas mediante un helicóptero Puma del Ejército Argentino.
268. La primer tanda de Infantes de Marina fue dejada en una playa en
las proximidades de la Punta Coronel Celaya, a la entrada de la Caleta
de Grytviken, sin que se registraran novedades. Al efectuarse el segundo
traslado, en proximidades de ese mismo lugar, el helicóptero recibió
una fuerte descarga de armas automáticas que lo averiaron y le
produjeron varias bajas, obligándolo a realizar un aterrizaje de
emergencia en la orilla opuesta de la caleta. Un helicóptero Alouette de
la dotación del Bahía Paraíso acudió en su ayuda y evacuó a los
heridos.
269. Ante el giro que habían tomado los
acontecimientos y debido a que el primer grupo desembarcado se hallaba
bajo fuego enemigo, el Jefe de Grupo ordenó a la Corbeta A.R.A. Guerrico
entrar en la Caleta y hace uso de sus armas para forzar la rendición de
los defensores.
Al entrar en el estrecho espejo de agua, la
corbeta fue atacada con fuego de armas automáticas y un proyectil
antitanque, los que le ocasionaron averías en el lanzador de misiles
«Exocet» y varias bajas. Poco después, realizó una segunda aproximación,
y luego de disparar brevemente sus armas, las defensas se rindieron a
las 13:22 (Hora argentina).
270. Posteriormente se desembarcó
al grupo del TN Astiz para que se hiciera cargo de los prisioneros, xxx y
13 civiles que no habían sufrido ninguna baja, los que fueron
transportados al Bahía Paraíso para su evacuación.
271. El
Grupo de Tareas 60.1, que había tenido en la operación tres muertos y
siete heridos, desembarcó pertrechos y provisiones para el personal de
infantería de marina que quedaría a cargo de la defensa de la Isla San
Pedro: el TN Luna y 40 hombres en Grytviken y el TN Astiz y sus 10
hombres en Puerto Leith, junto con los obreros de Davidoff. Finalizado
el desembarco administrativo, el A.R.A. Bahía Paraíso y la Corbeta
Guerrico, esta última con averías, regresaron a sus apostaderos,
trasladando simultáneamente 35 prisioneros británicos.
Conclusiones
272. El incidente de las Islas Georgias del Sur se originó al desembarcar personal argentino en la Isla San Pedro, izar el pabellón nacional -por propia iniciativa- y no cumplimentar requisitos de inmigración exigidos por las autoridades británicas.
273. Este hecho se transformó en el elemento desencadenante del conflicto del Atlántico Sur, al producir una reacción británica considerada exagerada, y precipitar la decisión de la Junta Militar de adelantar la operación «Azul».
274. No existen evidencias de que el grupo de la empresa «Islas Georgias del Sur S.A.» haya sido empleado por una u otra parte para precipitar los acontecimientos, si bien la Armada tenía intenciones de aprovechar estas actividades privadas para facilitar el asentamiento de una estación científica en la isla San Pedro con la aprobación del Ministerio de RR.EE.
275. La empresa «Islas Georgias del Sur S.A.» cumplimentó los trámites exigidos por las autoridades británicas para viajar a la Isla San Pedro. Además, se munió de los «Certificados Provisorios de Viaje» por iniciativa de la empresa, pero entregados por Cancillería. Estos Certificados, presuntamente, no tenían aplicación en las Islas Georgias. Se los habían utilizado desde 1971 para viajar desde o hacia las Islas Malvinas.
276. La reacción que se produjo en ambos países fue la siguiente:
a. Desde el 20 al 23-MAR inclusive:
1) Argentina procedió en forma mesurada y sorprendida ante la reacción británica de un hecho considerado como intrascendente.
2) Gran Bretaña actuó en forma violenta a través del Parlamento y la prensa, pero mesuradamente por intermedio del «Foreign Office», si bien se observó que éste no dio un tratamiento objetivo a la cuestión, al emitir, en un comunicado de prensa, el incidente producido en las oficinas de LADE en Puerto Stanley (1). Ello puede interpretarse como una intención dual de dicha Cartera de Estado, o bien como una acción con fines ulteriores que no es posible determinar.
b. Desde el 23 de marzo en adelante:
1) Argentina cambió su postura mesurada por una actitud más firme y agresiva, producida por la decisión de la Junta Militar de aprovechar el incidente para adelantar la operación «Azul», hecho que se visualizó a partir del día 24-MAR-82.
2) Gran Bretaña, por su parte, mantuvo una actitud dura en el Parlamento y en la prensa, pero se observó una intención de morigerar los efectos del incidente por parte del Foreign Office, al comprobar que el hecho podía agravarse y descontrolarse.
277. Las negociaciones para superar el problema fracasaron, en parte debido a la discordante reacción mutua, que impidió llegar a un acuerdo respecto del trámite a realizar para legalizar la permanencia de los obreros en la isla.
1.Luego Puerto Argentino.
278. En esta tesitura, por un momento, se estuvo a punto de lograr un entendimiento, pero éste se malogró por la intransigencia de nuestra Cancillería ante un Foreign Office que hacía esfuerzos por dirimir la cuestión sin pasar a mayores, pero con fuertes condicionamientos especiales.
279. En un momento dado, nuestro Canciller complicó las gestiones al exigir que, para poder solucionar diplomáticamente el incidente, se debía incluir en las tratativas la negociación de la soberanía argentina sobre todos los archipiélagos en disputa.
280. Se cometieron errores en lo referente al alcance de los certificados de viajes y del convenio de comunicaciones de 1971, tema respecto del cual el Canciller no asesoró debidamente a la Junta Militar. Por otra parte, aquél debió aceptar la propuesta de Lord Carrington acerca de que los obreros fuesen a Grytviken a sellar dichos documentos, pues esto, implícitamente, favorecía la posición Argentina, ya que las Islas Georgias del Sur quedaban incluidas «de Facto», por una decisión británica en el Acuerdo de Comunicaciones de 1971.
281. Los hechos que más alarmaron a la Junta Militar y apresuraron su decisión, fueron los siguientes:
a. El envío de una fuerza de tareas británica al área, lo cual tornaba «No Factible» la alternativa militar prevista anteriormente.
b.Las manifestaciones en el Parlamento y prensa británica en cuanto a respetar los deseos de los kelpers y sus territorios. a.La interpretación de que Gran Bretaña estaba manejando el incidente con arbitrariedad, agresividad y con la intención de congelar definitivamente las conversaciones sobre la soberanía de los archipiélagos.
282. La toma de la decisión de la Junta Militar de adelantar la fecha de ejecución de la operación «Azul» fue desacertada, ya que:
a. No se completó el planeamiento militar, según lo desarrollado en el Cap. III.
b. No se justificó adelantar la operación en un «ahora o nunca», ya que históricamente se podía seguir esperando hasta que la situación se tornara favorable a nuestras FF.AA., salvo que la Junta Militar deseara recuperar las islas durante su mandato. (limitación de tiempo disponible para revitalizar el P.R.N.)
c. La Junta no estuvo en condiciones de controlar los acontecimientos ni de medir la probable reacción británica, ya que la ocupación de las Islas Malvinas, con el propósito de encaminar favorablemente las negociaciones, concluyó en una escalada militar. Tal situación trajo xxxx una serie de medidas irreflexivas y precipitadas que la CONVIRTIERON EN UNA AVENTURA MILITAR, SOBRE TODO CUANDO SE HIZO EFECTIVA LA REACCIÓN BÉLICA BRITÁNICA YA QUE NO SE TUVIERON IMPLEMENTADAS LAS ALTERNATIVAS DIPLOMÁTICAS PARA NEUTRALIZARLA.
283. Con referencia a la toma de las Islas Malvinas, puede expresarse que la operación se realizó de acuerdo con las previsiones realizadas y satisfaciendo los criterios adoptados por la superioridad.
284. Con referencia a la toma de las Islas Georgias del Sur, puede establecerse lo siguiente:
a. Se logró el objetivo de tomar la población de Grytviken, sin producir bajas al enemigo, pero a un costo que debe considerarse excesivo (2 muertos, 7 heridos, 1 helicóptero destruido y una corbeta averiada).