Ataque a la fragata Sir Galahad
Los Galeses del Sir Galahad
El 2º de Guardias Galeses habían lanzado su primera operación. El general Wilson le había dado la misión de destruir dos cañones 105 mm y un emplazamiento de radar que se creía estaban en la zona de Port Harriet, pero en realidad se encontraban en Seal Point, casi en pleno sur de Puerto Argentino y mucho más allá de las líneas argentinas.
La misión confiada al pelotón de reconocimiento, que estableció una base de patrullaje a unos doce kilómetros al frente de Bluff Cove. Poco después de las últimas luces del crepúsculo, el 7 de junio, se puso en marcha hacia su objetivo acompañado de un oficial observador de la batería de apoyo del batallón y de un destacamento de reconocimiento de ingenieros. Se dirigieron a Port Harriet House, que encontraron desocupada. Dejaron una patrulla como punto de apoyo y el resto de la tropa partió en busca de los dos cañones, sin éxito. Sí se descubrió el emplazamiento del radar, que utilizaba el sistema israelí Rasset. La patrulla de Port Harriet House se encargó del radar durante la noche del 8 de junio, mientras el grueso del pelotón regresaba a Bluff Cove. Pero la mañana del 8, una patrulla del SAS (Special Air Service, otro grupo especializado), que no dependía del comando del Batallón, llegó para operar en la zona.
Como no les fue asignada ninguna tarea inmediata y sus hombres estaban bien dispuestos, se decidió dejarlos en Port Harriet House para ayudar a arreglar la cuestión del emplazamiento de radar. Se intentó llevarle alimentos a la patrulla del 2º de Scots Guards por medio de dos Land Rover civiles, pero el vehículo que iba al frente pasó sobre una mina antipersonal justo antes de alcanzar la localidad.
Resultó
dañada una rueda y fue necesario retirar los dos vehículos, por lo que
se decidió que el destacamento volvería a Bluff Cove.
Ahora bien,
mientras se abría un camino a través de las minas, en Fitzroy, donde los
LSL había fondeado, se producía el desastre.
Era un hermoso día, lo
que significaba que estaban bajo la amenaza de un ataque aéreo
argentino. Los galeses, abordo del Sir Galahad, se encontraron ante un
dilema ¿debían levar anclas y hacerse al mar para ponerse a salvo ?
¿O debían continuar su movimiento sobre Bluff Cove y esperar que todo saliera bien ?
Even Southby Tailyour, el comandante del Royal Marine que había
confeccionado el mapa de la costa en 1978, se estremeció al ver los dos
navíos en Port Pleasant a la altura de Fitzroy. Subió a bordo del Sir
Galahad para ver que estaba ocurriendo. Se había proyectado enviar esa
nave a Bluff Cove, pero los LSL no podían utilizar el estrecho pasaje
que conducía a la playa de desembarco prevista.
El Sir Galahad había ido pues a Fitz Roy, donde desembarcó los misiles Rapier que debían asegurar la protección aérea de las tropas que ya se encontraban en posición. Sin embargo, los Guardias no tenían intención de bajar a tierra más que en Bluff Cove y solamente por medio de las LCU.
Mirage y Skyhawk al ataque !!!
Bluff Cove y Fitzroy se encuentran unos ocho kilómetros uno de otro a vuelo de pájaro, unidos por una corta huella y un puente que atraviesa una cala larga y estrecha. Las tropas argentinas habían hecho volar el puente, de manera que el 1º de Welsh Gards debió recorrer unos 32 kms. a pie para rodear la cala. «No estoy de acuerdo, dijo el oficial de mayor graduación de los Guardias, no llegaremos allí después de todas las idas y venidas de los días anteriores». Suthby Tailyour insistió ante los Guardias para que bajaran a tierra y dejaran los buques hacerse de nuevo al mar, recomendación que finalmente fue aceptada. Pero debían desembarcar en primer lugar los médicos de la 5º Brigada y la 16º Ambulancia de Campaña que se encontraban también a bordo. Tenían una misión muy urgente, instalar un hospital de campaña. Además, Fitz Roy era el lugar donde debían encontrarse, lo que no era el caso para los Guardias.
El
mismo 8 de junio a las 13 horas, el 2º de Scots Guards tuvo una alerta
aérea y vio aparecer aviones a los que tomaron por unos Harrier. En
realidad cuatro Skyhawk. Los aparatos argentinos al mando del 1º
Teniente Cachon , su nº 2 era el teniente Rinke ,a su izquierda alférez
Carmona como nº 3 teniente Gálvez y alférez Gómez seguían como nº 4 y 5,
el clima se fue deteriorando a medida que se aproximaban a Malvinas y
una especie de capa de nubes comenzó a formarse cuando pasaban por la
Isla Speedwell y Cabo Meredith para aproximarse a Fitz Roy pasaron a
baja donde observaron gran numero de tropa que habría fuego de armas
ligeras dañando levemente el avión Skyhawk del teniente Gálvez, la
escuadrilla giro a la derecha y fue en ese momento que el alférez Gómez
vio al «Sir Galahad» y al «Sir Tristram» en Puerto Pleasant. La entrada
desde el este no tuvo impedimentos y aunque un misil lanzado desde
tierra paso por entre Cachon y Rinke, el ataque se realizo sin opciones
.Los tres primeros aviones se dirigieron al «Sir Galahad», el buque mas
al norte y Cachon coloco tres bombas en popa . En los segundos
siguientes a la explosión, una llamada de Carmona, distrajo a Rink y no
pudo tirar sus bombas . Carmona se había arreglado para entrar antes que
Rinke y había visto a sus bombas rebotar en la superficie del agua y
errar al buque, pero su grito de frustración confundió a Rinke, quien
creyó que eran sus bombas las que habían caído y fallado. Poco minutos
después, mientras iniciaba el escape, Rinke advirtió que su avión tenia
una resistencia aerodinámica poco usual y comprendió el error.
Por
su parte Gómez y Gálvez atacaron al «Sir Tristram», el cual fue
impactado por las bombas de Gálvez , las de Gómez cayeron corto y el
«Sir Tristram» resulto muy seriamente dañado . Los aviones escaparon
hacia el sur dejando detrás una escena de absoluto caos y muerte
Por
primera vez la aviación argentina había acertado en atacar a los barcos
que transportaban tropas. Las bombas penetraron en los indefensos LSL y
explotaron profundamente en el interior de las naves. Inmediatamente
murieron algunos hombres, otros resultaron abrasados por los violentos
incendios desencadenados por las bombas.
El
pelotón de morteros del 1ª Welsh Guards se encontraba a bordo del Sir
Galahad con todos sus morteros y municiones, y fue así que sufrió los
efectos del ataque.
Casi todos los hombres que se encontraban en
cubierta resultaron quemados. El combustible de los grupos electrógenos
Rapier se derramó, con lo que alimentaba aún más el incendio.
Se
mantuvo el orden de la mejor manera posible. Cegados por el humo y por
sus heridas, los hombres avanzaban titubeantes hacia las bordas de los
buques. Se lanzaron los botes salvavidas y las balsas de caucho, que
estuvieron listas sobre el agua en pocos segundos. A bordo del Sir
Galahad, los enfermeros de la 16º Ambulancia de Campaña, muchos de ellos
gravemente quemados, proporcionaron los primeros auxilios a los
heridos.
Estos acontecimientos dieron lugar hasta la fecha a vivas
controversias, siempre buscando una víctima propiciatoria, pero fueron
muchos los factores que contribuyeron al desastre. Algunos dijeron que
los Wesh Gards firmaron su propia suerte al negarse a dar la vuelta a la
cala a pie.